9 de septiembre de 2005

XII.- Pobre siendo sigo yo


Doy mi cruz por un cáliz de leche,
que contamine mi sangre de pan.
Más vale un ángel que pasmado dude,
que amanecer en el infierno un día más.

Nunca había salido de noche,
pero esta noche me las va a pagar:
por cada llanto y por las gracias que no tuve,
por cada día que fue eterno y dolor.

Ahora quiero que mi cruz de yeso
se quede esta noche con Dios,
porque nunca le he cobrado a nadie
y nunca he querido, yo.

Y yo sigo siendo pobre por eso
y por eso pido perdón,
porque voy a cobrar lo que la calle
me ha privado y no he tenido amor.

Mi calvario por un grial en alimento,
eso por pobre siendo sigo yo,
por cada lágrima de gozo que no tuve
pero esta muerte en soledad, por eso no.

XI.- Médula Cabal


Ya no hay deseo en las palabras nunca,
ni sangre que servir de alimento,
porque ha bastado ser un día algo
para querer estar dejando de ser.

¿Cómo se vuelven eternas la risa,
la pulpa entera que me vio nacer?
¿Qué hacer un álamo de días nuevos
para dejarlo caer y no ser?

Hoy he despertado llorando dentro
y nada me sirvió de consuelo.
Era la incómoda laguna muerta,
para dejarlo caer y volver.

Porque morir se vuelve tan seguro,
yo tomo el aire como lento veneno:
tan inminente, tan azúcar perentorio,
como siempre ha sido morir.

Y va cubriéndose de oscuro la noche,
para querer estar dejando de ser.
Sólo se sienten y se miran lejos,
como mendigos, ya no quiero ver.

Un perfecta confusión me ciega
la pulpa entera que me vio nacer.
Como andrajosos, funeral apagado,
y se vienen a morir, lo se.

X.- Sol Callado Pleno



Se han hecho gestiones tendientes
a quitarle cierta clase de soltura,
que parece despertarse en la noche,
con que la gente saluda a los demás.
Pueden ver desde lejos que nadie
reconoce que despiertan con la luna
y han dado vuelta saludándose callados,
a pleno sol y sin mirarse, nunca.
La decisión se tomó de noche,
gente que no se saludó:
La gran ofensa del que no te mira,
te da la espalda y no te ve brillar.

IX.- Pulcro



Una vez dejé feliz a alguien,
y no lo recuerdo ya.
Le hablé de selvas,
primavera hermosa.
Pero ya no puedo más.

Felicidad de peluquín y mugre,
porque hay algo que de mí se aleja más.
El camino, se alejan de nosotros,
y una demencia servirá de colofón.

Cuando hay dos piedras que me miran yendo,
como locura que me priva de ir,
que me priva de ir como locura:
Son como piedras que me miran. Adiós.

Y en silencio pulcritud de eco,
incapaz de sentir y querer.
Algo se dicen cuando nada hablan:
sólo se miran, ayer y ayer.

Ayer, había sólo acantilados:
algo me dice que morir aún.
Yo no me quiero consagrar ahora.
Algo me quiere todavía aquí.

Yo hablo de selvas, primavera y mugre,
como locura, acantilado ayer.

VIII.- Modem


Alguna noche nos van a dominar
y seremos esclavos suyos.
Discutirán en secreto nuestro precio
y quien tiene la memoria y el poder.

Tal como nosotros dominamos,
alguna noche seremos vendidos
o nos darán en parte de pago
por un par de tarjetas vencidas.

Vagaremos sobre pasto
forastero que arde
y nadie nos reconocerá.

No tendremos ni partido
ni soldados
sólo una inmensa tarjeta, mamá.

¿Y a quien llamaremos Madre?
¡Vendido alguna noche serás!
¿Y cuándo pensaremos en ella?
¡Alguna noche nos van a dominar!

Nos gusta Cuculí Pop