29 de diciembre de 2017

DCCCLII.- Gnomosexual



Cumbres lograba en su pieza..
Jamás se vio algo similar:
tanta cosa en la cabeza
del famoso Nevastolirán.

Veía en 7 dimensiones,
y supo de la buena mesa.
Entereza tenía, y en ocasiones,
cara rara, y fértil pereza.

Logró penetrar en el Ser
de las cosas imposibles
y en el invisible placer
de suponer lo inaccesible.

Gente llevaba a su casa
a tomar sopita de pollo y huevo.
Repartía el solito las tazas
y siempre contaba algo nuevo..

Y caminaba sumido en sus cosas
con ese perseverante afán
que a veces tienen numerosas
personas, como Nevastolirán.

26 de diciembre de 2017

DCCCLI.- Nada nuevo nadando bajo el sol submarino



Me encuentro en la fila imaginaria del banco a una señora que no existe y que me pregunta: ¿Qué sustenta al Universo?

Creo que es la gravedad, respondo en seguida. Es como la respuesta más lógica. Pero decir que es la gravedad, nos mete en otro problema: aquello que sustenta al universo, lo condena sin embargo a la desaparición definitiva sumido en un colapso inexorable de atracción enervante y desoladora por el cual el cosmos se engulle así mismo como aquel monstruo que los Beatles encontraron en su cinematográfico, musical y prodigioso viaje animado a bordo del Submarino Amarillo: un mundo que no puede evitar atraer todo hacia sí, que en lugar de boca, tiene una trompeta aspiradora compulsiva, que lo engulle todo sin remisión. La gravedad sería entonces como un mecanismo terrible para concentrar todo el Ser en algún sitio ignoto, que nos conduce al absurdo de imaginar un punto infinitamente pequeño al interior de algún agujero negro colosal.

No obstante, la existencia de los agujeros negros no ha sido refutada ni por la observación ni teóricamente, hasta la fecha. Existen efectivamente objetos lejanos que se ajustan a los modelos matemáticos que predicen la existencia de estrellas hipermasivas, cuyo colapso genera zonas infinitamente pequeñas donde la gravedad es tan alta que nada escapa a su influjo.

Ahora bien, según entiendo, los agujeros blancos son un postulado no demostrado, pero sugerente, que pretende dar respuesta a la pregunta acerca del lugar donde está o ha quedado la materia, la energía y la luz que un agujero negro parece haber atrapado sin escape posible, cual devorador de mundos. ¿Dónde se ha ido tanta existencia? Acaso en algún otro lugar perdido del cosmos hallaremos agujeros blancos merced a los que, cual vertiente estrepitosa aparece a borbotones el antónimo de todo aquello que se tragó el monstruo negro en otra región y en otra ocasión de este retículo inacabable con que se ha extendido la totalidad. Es como una hipótesis, como un sueño inquietante.

Más inquietante aún resulta imaginar que, si no hay gravedad suficiente para lograr el equilibrio o la involución, nos espera otro infierno: el alejamiento inexorable y la desintegración progresiva de toda la materia y de la energía universal, hasta llegar al abismo oscuro y silencioso de la nada final, acaso sólo partículas, idénticas, inertes.

Creo que el Universo es insostenible si dejas pasar las horas y las vidas hasta el infinito y la eternidad, cualquiera sea la dimensión que escojas para contemplar el movimiento perpetuo o para oír las campanadas del bullicioso silencio divino.

Las 'dimensiones', como el nombre lo sugiere, son modelos matemáticos. No vivimos en una, cuatro o treinta dimensiones, sino que observamos los fenómenos recurriendo a ellas según el caso. Dos dimensiones en geometría de polígonos, tres en astronomía planetaria y cuatro en cosmología de la gravitación universal. Son herramientas para conocer, no fenómenos. El sonido, por ejemplo, existe sólo para quienes tienen oído. El sentido humano coloca entre las cosas fenómenos que en sí mismos no tienen existencia real. El sabor, la luz de una estrella, el viento que golpea la frente, todo existe en relación con nuestros sentidos. No hay realidad sin sensibilidad. Aquí abajo, en nuestra tierra amada, tampoco hay sonido si no hay un ser viviente preparado por la naturaleza para oír. Con nuestra mente hacemos cada tarde el mundo bullicioso y luminoso que nos toca el alma.

Cada tarde, digo y luego dudo de todo: que a escala cósmica pueda hablarse siquiera de que algo ocurrió "un día". Un día nuestro es nada para la Vía Láctea. La nada está llena de cosas, de todas las cosas que nos rodean. El colapso que dio origen a todo puede estar ocurriendo -y de hecho lo está- actualmente en algún lugar. La Gran Explosión de todo o la nada uniforme y perpetua, ocurren ahora en algún lugar lejano de la eternidad. Acaso ambas sean posibles. Mirar a la noche es ver, en el instante de un parpadeo, el pasado, el presente y el futuro de millares de galaxias, estrellas, planetas y seres.

Señora, nada de esto es idea mía.. lo he leído en alguna parte, le digo. Pero la señora ya no está y el banco ha desaparecido.







22 de diciembre de 2017

DCCCL.- Pablo Emilio Pedro Luis



Ellos son los príncipes de oro
que me hacen feliz sólo mirando.
Son mis más preciados tesoros:
el alter ego de Pedrito Armando.

Tercos amores, de colores y abrigos:
compañeros de juego y de cariño,
mis machitos, mis mejores amigos.
Los dos niños.

DCCCXLIX.- Nunca Chilupi



Yo tengo mi laguna verde:
inmóvil, genuina y paciente,
y me conformo con sus algas,
con sus musgos y sus peces.

Un abanico del tamaño del sol
va dando pánico suspiro de espuma:
ala marina exhalación enorme,
tan apremiante que dura un eón.

Vulcano en su núcleo de hierro,
que es magma, silicato y basalto.
Nubes de naranja en los cerros
y oro mar, que se ve desde lo alto.

Algo al Creador debe haberle ocurrido,
en un tiempo tan remoto que se pierde,
así que no podrán saber si sigo vivo
ni tampoco donde tengo mi laguna verde.

DCCCXLVIII.- Ilegal Opera Dorno



Recién tochenta días festivos,
con una falsa pata ortopédica
y un buen servicio para el Fosis,
con permiso administrativo.

Por un simple malentendido,
su repentina licencia médica:
por algo parecido a la enfermosis,
que hasta marzo me tenga dormido.

Llevaría mi pecé y mi calendario
en la mochila y mi cantimplora:
el ministro más dichoso y estravagario.
El más estrafalario y a pata pelá.

Yo quiero ser un funcionario
ayer, mañana, siempre y ahora.
Lo importante es ser Subsecretario,

de lo que sea, de cualquier huevá.


DCCCXLVII.- Pregón Narciso Litaria



Decir 'soy especial,
muy diferente pero normal',
y pretender que la gente que nos ama
se resigne al vacío y la indiferencia,
es una demostración arrogante
de desafección egótica
que está tan lejos del amor
como la violencia doméstica.

Luchar por amar,
hacer esfuerzos por dar sentido
y admiración a la pulsión natural,
afectiva y sensual
que el más próximo de los prójimos
siente por cada uno de nosotros,
es precisamente lo que yo entiendo
por amor en su más prosaica
y humana dimensión.

Todo consiste en abandonarse
y ser la misma luz en cada lugar,
vivir, soñar, esperar o alegrarse,
sentir, cantar, mirar y amar.


DCCCXLVI.- Hades Loratadina



Se llora pero también se ríe
si se tiene suficiente experiencia,
mas querer hallarle cada santo
remedio a todos los males,
y su cura a toda dolencia,
por enfermarse de cuidarse tanto
sobrevivir para vivir de todos modos.

Eso de ser simultáneamente
sano, impoluto y gozoso:
y al tarro con barro del barrio,
preferir la clínica indemnidad
de restarse al franco misterio,
vertiginoso volantín chistoso
de amar por amar al mugroso
fuego de la sucia eternidad.

Ya sabes que uno es estos días
sin saber ni cuándo ni dónde,
esa tercalavera que ríe asesina,
habrá de hallar aquel oscuro lugar
donde cada uno se esconde,
para llevarte conmigo, y a los dos,
una fría noche con bufanda a navegar
a la eterna muerte en primavera.

DCCCXLV.- Cumple con tu debertiginoso


Santa Claus en el polo norte
debe tener igual de chatos
con planillas Excel y reportes,
a los duendes, a cada rato.

"Informa tasa de medición trimestral,
2017, de cumplimiento de metas,
con 46% de regalos envueltos mal
y un alto índice de felicidad incompleta".

Denepear, archivar, guardar, envolver.
y las causas antiguas dejar de investigar.
¡Fabricar ochenta drones más que ayer!
Diciembre es diciembre en todo lugar. 

DCCCXLIV.- Felicidadmirable




Viernes que baila borracho
al ritmo de frenadas, allá lejos
y arrogantes bocinazos peligrosos.

Me desnuda una pantera invisible,
convaleciendo de mi propia sombra,
mirando ampolletas que duelen
en la eterna cama sin sábanas
para alojados que nunca llegan.

Que el insomne ornitorrinco loco
estudió escatología de laicos,
oyendo el rugido del cielo:
y acontece que soy feliz.

Instantánea paciencia nocturna
de tortuga acostumbrada al rumor
desesperante de los grillos negros
que no están en ninguna parte,
pero esparcen su violín infinito,
incesante que llena el silencio
de un bosque demasiado pequeño
para lograr que nos embargue la pena.

Por eso creo que soy feliz.

Por la cáscara tortuga empecinada,
por el sol al que le dimos la espalda,
por la música de todas las goteras
que marcan el pulso de la gente:
la que duerme y que sueña con dinero,
con trabajo, gasolina y con relojes.

Yo miro moscas por esa ventana
y digo terco que soy feliz
por primera vez en mi vida
y desde el mismo día en que nací.

12 de diciembre de 2017

DCCCXLIII.- Talagante


En Lucas Pacheco cantan los gallos, 
apenas despunta el amanecer
y corren niños en Veintiuno de Mayo.
Hay otro mundo tras la línea del tren.

La media luna de la plaza redonda 
y ese largo camino a Melipilla, 
la noche borracha en la vieja fonda
y el ají más rico de la sopaipilla.

Hay un viejo sordo, todo el día quieto.
Un bello sol tras las ventanas de la Fiscalía
Hay dos millones de amigos secretos
y toda una mañana buscando peluquerías.

Yo amo ese plato nuestro de cada día,
con sonrisas claras y abrazos anchos
de compañeros que me esperan todavía,
¡Que importan las moscas y el olor a chancho!

Sé que a veces hago lo que no debo,
hoy o mañana, siempre, antes de ayer;
pero yo quiero estar allí de nuevo.
Yo sólo quiero volver, y volver, y volver..

8 de diciembre de 2017

DCCCXLII.- ¡Mira como vuelan!



Yo soy la morsa, insuperable crítica a la cada vez más repulsiva e infame persecución contra el consumo recreativo de estupefacientes (detonada muy seguramente desde el Pentágono, que busca desesperado conseguir tropas limpias para enviar a Viet-Nam), arropada magistralmente por una banda realmente fabulosa, en la plenitud de su pulso y su armonía, adornada con una de las escenas más demenciales del Rey Lear; el arlequín insensato que viene dentro de la caja de cereal, que llora desconsolado y luego se ríe burlón de los gordos y ambiciosos productores que simulan llorar, pero que felices se hacen ricos buscando nuevos talentos, nuevas perlas que se tragan llorando hasta quitarles el brillo y reducidos a la nada por el consumo sin control; un jocker que divisa desde dentro de una ambulancia, camino a la rehabilitación, la esquina donde un policía borracho atropelló a su madre, y llora; la esquina donde unos asaltantes patearon hasta matar al prodigioso borracho de Baltimore, y vuelve a llorar, elevando la vista para ver al ridículo Norman Pilcher tratando de alcanzar hippies en la cima de la Torre Eiffel. Al final ríe, se aleja de nosotros al ritmo de los bufones y nos da la clave: resulta que ese payaso en realidad se está riendo de ti.


Genial hasta el paroxismo.

DCCCXLI.- Lo primero es lo prim-EROS



Hágame cariño,
un rico nanai,
de mujer o de niño:
es lo que hay.

La mano de algodón,
el beso o lo demás
que llena el corazón,
y llega la paz.

Déjeme un lugar,
pare un ratito,
déjese abrazar,
que es tan bonito.

Agua pa la plantita,
cuchi cuchi pa la flor
y brille la luz bendita
del inmenso amor.

7 de diciembre de 2017

DCCCXL.- Hay Vilí Vinlob



Iñaki Piñuel mira hacia un lado
y nos dice que está lleno
de falsos, dañinos amores crueles,
que al fin y al cabo no son amor.

Dice que realmente no existe
modo alguno siquiera de salvar
al que subyuga, manipula y hiere
deliberada y morbosamente.

¡No van a remitir! -predice.
¡Huir! ¡Huir! Es la solución.
Salvarnos y dejarlos solos
y evitar que de nuevo dañen.

Como si dejar solo a alguien
no fuese en sí mismo un daño
incluso peor, y también deliberado.
¡No somos sólo casco y maniquíes!

Somos equivocadas y erradas
equivocaciones humanas,
que a veces amamos con pasión
y a veces nos dejan por nada.

Nos amamos y dejamos de amar,
saltamos al abismo de seguir viviendo
y conociendo, aunque acaso parezca
que ese amor no existe. Pero no.

No existe persona alguna
que no pueda ser amada,
cobijada, cicatrizada, abrigada,
oída, comprendida y perdonada.

6 de diciembre de 2017

DCCCLXXXIX.- Silencio, un ratito.



Mundo tapizado
de prisa y sudor,
de risa y y temor
amontonados.

¿Llegaremos? Así no
a conocernos,
pero el Gobierno
ya se reunió.

Y a las veintiuna, cadena
a las doce, campanas
a las seis y media, relojes
y a las dieciocho, cirena.

3 de diciembre de 2017

DCCCXXXVIII.- Uno y dos, y un, dos, tres y..!



Oír atentos la sonata,
tosiendo la bachata, la cueca,
acaso bailar con los ojos cerrados
o quedarse en silencio mirando
a la banda, soñándola linda
o acaso algo a lo que el río de la armónica
sesión de melodías da pulso.

La música nunca me ha fallado;
nunca me hizo daño
(salvo aquella noche en que el taxista oía
y cantaba Arjona).

Pero siempre me ha hecho bien la música.
Me hizo amigo de gente inolvidable.
Me hizo amigo del espiritual sentido inigualable,
del Maestro, de la guitarra tan agradable:
del alma infinita de los que algo tocan.

Fallaron mis jefes,
me falló un amigo y lloré.
Pero encontré una canción
que se llamaba Rain,
tan desconocida de los Beatles,
donde Ringo sigue a Paul
con los timbales frenéticamente
y John trata de alcanzar
un áspero Re Sol, en la última escala
o hasta donde su voz podía alcanzar.

Oigo Rain, toco con Ringo, grito con John,
margo con el tejo ese bajo blusero de Paul.
y me alegro.

Se me olvida todo.
La boca mala se pasa sin pastillas de menta.
La barba deja de importarme.

Teclas, cueros, metales y cuerdas,
mas sólo la tormenta es lo que oímos,
el rugido del sol, la muchedumbre repetida
de la BandAlegre del Cielo de la noche,
que ahora quiere tocarnos un tema,
para pasarla bien un rato,
todos junto a la mesa
bailando.


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