31 de mayo de 2018

CMII.- In dubio pro téjete.





No te quemes.
No te expongas.
No digas esas cosas.
Puedes meterte en problemas.
Que el mundo siga así.

Que siga la vida sin cambios.
No dejes registro de nada.
Que nadie pueda acusarte.
Que nadie hable de ti.

Nada es más importante
que todo siga igual.
Nada hay en la tierra que valga
ni razón para decir ya no.

¡Para qué decir ya basta!
El mundo está como está
y ya no puedes hacer nada.
Cierra la puerta al salir.

Hay gente con algún poder
que no hace más que cuidarse
el culo para no perderlo,
el sueldo para no morir,
el puesto por cerrar los ojos,
las ventanas y las puertas,
subir el volumen del tango
y echarse un rato a dormir.

27 de mayo de 2018

CMI.- Piró Pop


¿Por qué aquello que no es simétrico
es machista y ofensivo? 
¿Sólo el orden desafecto y frío 
de las autonomías blindadas 
es el mundo posible y admisible? 

La vida se abrió paso inexorablemente 
cuando la humanidad rompió los candados 
de la paridad y huyó del cadalso 
de la muerte en vida. 

No somos abejas que acopian polen, 
sino miel que se derrama, 
pulsión que se entromete 
y amor que inevitablemente espera 
una respuesta de pudor que busca, 
rencor que se disipa y furia 
que quiere besar impaciente 
hasta volverse una herida que sanó,
una flor, una pequeña flor que se aquieta 
para ser mecida por el viento otra vez, 
para volver a volar sin ataduras,
para de nuevo hacerse pólen,
para cantar en lugar de callar,
para soñar en la oscuridad
y despertar desnudos,
como la prímula y el éxtasis,
como la luz que engulle sombras.

Somos libertad amante, 
no una celda vacía. 
Somos el sumo que flota en el aire.

Sólo el amor con su ciencia 
nos vuelve inocentes, tan inocentes.

23 de mayo de 2018

CM.- Sinalagmaravillosa.



Yo tengo bacterias 
en el poto y las amalgamas, 
bicharracos tercos en los ojos 
y en lo más profundo 
de las tripas viejas. 

Amebas en la piel, 
alimañas en la boca, 
piojos invisibles 
que pululan libremente. 

Los hay en mis cejas, 
abundan en mi ombligo 
y se aparean en mi pecho. 

Tengo batracios amarillos 
dormidos en el corazón 
y protozoos felices en el alma. 

Todo mi cuerpo es la Roma imperial 
de mis amigos simbióticos y amables,
camaradas microscópicos: 
me limpian la boca, 
me ahorran el agua, 
ordenan mis pertechos  
y me mantienen vivo. 

El cloro y la borra 
que en el histérico afán 
de eliminarlo todo 
se derrama insolente,
para soñar con la limpieza 
impulota, me deprime:
es inútil y mortal. 

¡Que vivan las bacterias! 
Que vivan para que pueda sobrevivir..

17 de mayo de 2018

DCCCXCIX.- Al final todo se sabe



Se calculan las ganancias.
Se juntan en la Enade.
El impuesto se evade.
La campaña se financia.

Cada mano se besa.
Las reuniones se suceden.
Los votos se conceden.
El nombramiento sorpresa.

La fe pública se lesiona.
Las leyes se venden.
Las causas se suspenden. 
Las instituciones funcionan.

15 de mayo de 2018

DCCCXCVIII.- Equivócaten Fe



La felicidad no es la última meta. 
Hay que amar y vivir pena y dolor;
regar cada día nuevas macetas
y no podar sino dejar crecer..

La flor de la existencia perfuma
hasta al corazón vacío y perverso:
jamás pierde tiempo el que suma
en cada momento su dulce brillo..

Inmerso en la sangre más roja
fluye el viento del que cae y yerra:
aquél que por la noche arroja
sus pétalos caídos en la tierra.

13 de mayo de 2018

DCCCXCVII.- Remedio Infalible



No se ríe Mister Chile
de sí mismo ni de nada
y me brotan carcajadas
en la misa y los desfiles.

Me reía de mi viejo
hasta cuando me retaba
y también como si nada
me reí frente al espejo.

Se reían de mis pecas
y mi ropa en el recreo
y mi abuela con un peo
se reía de otras viejas.

Todo corre muy de prisa:
si no río es puro tedio
y no queda más remedio.
¡Estar vivo es pala risa!

11 de mayo de 2018

DCCCXCVI.- Despavorí



Aquel extraño alrededor de antipatía, 
la silenciosa que no baila nunca,
no me miraba con los ojos dulces
ni me decía nunca nada me decía.

Me fue aplastando un cojinete negro
sobre las cosas que yo siempre amé:
el alma ciega y los zapatos frios,
la casa causa que no quiero volver.

Digo tambor que repetíase tonto
la misma escuálida me espanta lejos,
cuando se abrió una ventanilla supe
que no había modo de volver atrás.

La culpa mía yo que tuve la culpa,
que yo era causa de su infelicidad,
y ella queríame con ella por siempre,
pero hasta siempre se termina alguna vez.

10 de mayo de 2018

DCCCXCV.- La muerte no siempre es una pena



Uno de los argumentos que más me ha hecho meditar, entre las tantas y tan poderosas razones éticas, humanitarias, jurídicas y políticas que se han elaborado para no sancionar con la muerte la comisión de un delito es, precisamente, la insuperable dificultad que enfrenta el que la analiza con detenimiento, para considerarla efectivamente una 'sanción', es decir, un castigo que sea conocido por el condenado y las víctimas en su cabal naturaleza.

No sabemos ni podremos saber jamás, los que estamos vivos, qué hay después del umbral a través del cual dejamos repentinamente de existir. Es perfectamente factible que, incluso para el más miserable y abyecto de los seres, la muerte constituya una liberación de sus horripilantes tendencias, el rompimiento definitivo de las cadenas que lo ataban al delito, de aquel lastre maldito llamado maldad, de esos morbosos lazos que como rémoras se adherían a su alma perversa cuando estaba vivo.

Más aún, la muerte puede suponer para quien es asesinado, por el motivo que sea, mediante la acción premeditada de agentes del estado (no otra cosa es la pena de muerte), incluso cuando se impone como castigo a la peor de las fechorías imaginables, para quien recibe la descarga mortal, el inicio de un universo pletórico de felicidad, la máxima plenitud del ser, el encuentro maravilloso con el rostro inefable del ente sobrehumano de la redención cósmica. En tal caso, el delito sería sancionado con el mayor premio imaginable por ser humano alguno, jamás, desde el comienzo de los tiempos. Absurdo.

Por el contrario, la muerte puede ser la pausa de un sueño que aguarda la mano del Cristo en la esperanza de volver a nacer. ¡Qué castigo es ese!

Incluso si no existe el más allá, o sea, si al dejar de existir en este mundo, no hay nada más que la disolución definitiva del ser en la nada oscura y fatal, incluso en ese caso, la pena de muerte no tiene ningún sentido de sanción ni de reprimenda, pues no participa de aquel elemento fundamental que caracteriza a los castigos en general, a saber: que la persona condenada sepa que ha sido castigada y que los demás constaten la naturaleza y los alcances de dicha sanción.

En la práctica, la pena de muerte sólo opera como una tortura despiadada e inhumana: el tiempo que media entre la sentencia definitiva y el instante fugaz en que se ejecuta, en el cuerpo del malhechor, allí en el patíbulo, la pena capital, es el acto puro del mal, someter deliberadamente a una persona que no puede defenderse y que sabe que morirá, al paso de los días encerrado y sufriendo el indecible tormento de saberse muerto en vida. La pena de muerte es en realidad la más inhumana e insensible demostración de lo cruel y sádico que puede llegar a ser el poder del estado.

¿Y para qué? El que condena no lo sabe. La víctima tampoco si ha sobrevivido al delito. Ni siquiera el condenado lo sabe. Responder al mal del delito con otro mal incluso peor, porque es premeditado, alevoso y ejecutado con deliberado ensañamiento, para conseguir un resultado cuya real naturaleza se ignora y que puede ser una burla para la Justicia, es un repulsivo contrasentido.

La pena de muerte no sirve para nada.

DCCCXCIV.- Multitudistinta




Hace siglos que no te veía,
con la bufanda de loden café
y el yelmo de mambrino
y la vulgata sin leer.

En una canción,
la vida entera:
tres milenios de genios
y tumbas. 

La luna púrpura de miel
y cantamos
al alma de millones de cantos.

No te veía
desde mucho antes de ayer.
Quisiera disfrutar tu compañía.
Salir una mañana a caminar
por la arena del alma y correr
sobre la blanca multitud de la espuma
y volver
a la niñez del mundo tierno,
sentarnos en la fragua del tiempo
y renacer.

Ser amigos.
Ser hermanos. 

Ser destino. 

Ser humano.

8 de mayo de 2018

DCCCXCIII.- Pelea Solo




Blandir una márgara pálida.

Asir la palmípara sien y brindar:
enfrentar una círcula mágica, bien
y latir por ganar ese a quien
fue su cúmula niña pilar. 

Abrigaste la luna confianza
y dejó entre las cejas de tu porvenir
la esperanza, la cumbre y la luz,
sin tardanza.

Luchar y pugnar
por hacer de la vida
una digna razón y placer,
y una pausa.

Perseguir una causa final
y tomar de la mano
a la plácida fiel
de una danza.

Eso sólo ha pasado recién.

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