29 de noviembre de 2007

CCLI.- Amortaja Caminando Perpetua


No debiese haber podido nunca yo
pronunciar toda la infamia lluvia rota
cuya insignia estupefacta es ese idioma
por completo incomprensible que no entiende

nada y nadie que haya sido sino insano
todo raro puto vicio enteramente.

Dejando que prosiga su tejido cansado:
vidrio opaco de la intensa noche estéril,
su trepar de sucia cáscara baldía,
de cubierto crudo incienso rodeándonos,
como sexo pronto mío duro raro y tan inútil,
de campanas prodigiosas que no oyes,
de la gente que se duerme dolorosa,
de los tercos veranos que siempre vuelven a venir,
de la música que ha muerto en mi interior,
de rosadas invenciones en calipso,
y de amor amando amantes amarillos.

Y he querido ser capaz de proferir así callado
comediante al mundo un arte insigne y puro,
como avaro nido inquieto en su fingir completamente
la existencia desde el aire por rendir
toda fragua en extinciones de imposible,
en conciertos de cadáveres protestas
y a la Historia divisiones en la frente,
cariñoso niño fijo como fijas
son a veces las miradas en el tren
de mujeres que se asoman simulando,
y el horror de ser el lecho vacío,
ser el cuerpo mastodonte marchito
hecho linfa para el suero de la muerte
y la eterna lucha sangre de mi sangre
que es sueño y resina salada sin movimiento.

23 de noviembre de 2007

CCL.- Océano Tumba


Al viento del bote, guardó su aparejo
mirándome tibio y pidiéndole al mar:
"¿Qué fue de la rosa dormida langosta?"
-Dorado cangrejo, no sé que pensar.

Si vine algún día, no ha sido por ellos
ni fue para darle sentido al inglés
que, loco y desnudo, en la rada sin dueño
le busca insensato un tesoro a su fe.

Tampoco fue para esconderme en la cima,
cansado y dolido, marchitos mis pies,
porque hubo allá lejos un vértigo antiguo
que súbitamente se quiso de mí.

Largo mal soñar que lastimero produce
las brumas, los cirros, la lluvia al venir
y es como ese látigo añejo, filoso,
de tierra, de angustia, y levanta su crin.

Un viejo que adusto guiaba la barca
fue niño, carnero, conejo y mastín
de lava aferrada a la grieta comarca,
mas todo por siempre ha quedádose allí.

15 de noviembre de 2007

CCXLIX.- No me explico


Hay una frazada que cubre
esa costra en desarrollo dentro mío:
la consignan en el tétrico bitácora
de doscientos caminantes abrazados,
arrojados al designio del mundo,
bebiendo ríos.

Para que el siglo no se esfume de pronto
y vierta muerta su agua puerca vacía,
he desquiciado el contenido del tiempo,
y el arrabal del criminal desconocido
del viento fétido sentido me libra
arrepentido.

Pero conservo mi destino de pobres,
vivo cansado del amargo marco puerto
y se ha paliado ya considerablemente
todo ese urgente deambular menesteroso:
lo que conservo plenamente de mí,
yo ya lo di.

14 de noviembre de 2007

CCXLVIII.- Aquí estamos los trece de octubre


Mágica inconclusa que nos fue de pronto
ánima de todos los que estamos aquí,
ráfaga impaciente del destino tonto,
ínfima, doliente, delicada y es
águila que siempre nos hará vivir.

Irnos por el agua que tu mano llore,
niña, no queremos olvidarnos de ti:
éramos la tarde de las trece flores,
sangre de la vida que se va feliz.

13 de noviembre de 2007

CCXLVII.- Vértigo Quimérico Caduca


Es tan rara la extrañísima aventura:
riachuelo y primavera cotidiana.
Es venganza de los tiempos habituales
en perpetuo convivir de cancioneros.

Es de andar así sumidos y felices
o de ver cómo se acaba inexorable
con vosotros, delicada, sutilmente,
siempre virgen, sola magia, la belleza.

No podemos conciliar, amiga miel,
tu abundante marinar con las solapas:
él nos sigue y nos consigue hasta morir.

Mas se extingue con los años y callamos
el deseo inabarcable que nos ata
y nos promete vielodicha sin final.

10 de noviembre de 2007

CCXLVI.- Vida Mira Bien


A ver amiga ven que de soñar por mí
es más frecuente que el motor de la alegría
por el encanto que sin aire nos dejaba
vaya a dormir incierto polen cada día.

Y por de pronto me ha llovido la existencia:
soy el contento más agreste y tengo pan,
con aceitunas y me siento yo a la mesa.
Tu canto bueno me convence más.

Ahora elevemos la pasión elemental,
lo que sangre inunda tumbas y revive
de aromática visible y fierecillas.

Miles de manos han compuesto mi mural,
su marca lleva el estertor inconfundible
de toda sombra y su imperfecta maravilla.

7 de noviembre de 2007

CCXLV.- Arremolina Vida Mínima Imposible



¿Dónde estuvo el sueño niño, claro impertinente?
¿Y a dónde fuese el sol felicidad, mi agradecida,
por ancho grillo y luz, su veleidosa mirándome?
¿Se fue por fin del agua y a la vida tan frugal?

Desnuda por el mar en mi presente tan radiante,
la luna que era pan y de Afrodita se vistió
su flor de alegoría, y el rubor de la vertiente
un tibio mirlo día, la hizo mía y se fue.

Azul y enamorado virgo trigo quise ser,
sin dar, sin conocer ni descubrirle siquiera:
mi niña flor de lirio y repentina tan feliz,
su beso paulatino me acercó y lloré.

De cómo el miedo náufrago en extraños enemigos
me va tocando párpado, barriga y peroné:
mi digno cohibido, arrepentido y solitaria,
la púrpura bendita y prodigiosa que soñé.

6 de noviembre de 2007

CCXLIV.- Míntimo



Pedro vive dentro de su hermano Pablo,
concéntrico perfecto sin poderlo ver,
unido a sus entrañas en un hueco incorporado
muy raro, aprisionado y enclaustrándose con él.

Los brazos mueve dentro de la piel del otro.
Su sexo inerte muere y no conoce el placer
que sólo siente cuando el fraternal lo cubre:
su armado brazo fuego no penetra bien.

No siente el corazón que da un talán eterno,
gritando por la noche que no acaba jamás
y mira con los ojos de un excéntrico probeta,
creyendo que la vida es sólo féretro y umbral.

Nunca ha visto nada de lo que hay afuera,
que nadie sabe mucho de su ser siamés,
y Pablo se ha olvidado de su interno Pedro
metido dentro suyo en la penumbra total.

2 de noviembre de 2007

CCXLIII.- Trémolo Vibrato Liberté


Si vas a enamoraros de las niñas feas
de ralo corazón y de sus calles, queda
detrás de una impaciente coincidencia, fama
llorando calcinada y sin ningún valor.

Temblor que le apabulla con gorriones tibios,
azul y disparejo por su sombra palidez.
Canción que ella trinaba y, caminando sola,
trocaba por el alba su bemol a Dios.

La briosa reticente funda música y marea,
bullicio comediante que ha dormido en un lugar
cual fruto inolvidable, embelesado y, de pronto,
su aliento que me inunda. Yo me voy a enamorar.

1 de noviembre de 2007

CCXLII.- La Goga



Hubo un largo día,
cuando todos estaban en el patio:
las buganvilias llenaban el aire
y la vida de púrpura resonancia flor.

Gritaba el entusiasmo
y mordíamos la carne sin ver,
atentos como ciegos al sonido
inmaculable de la dicha celeste.

¡Cómo se vestía la Reina Madre!
Bebiendo y trayendo, en una bandeja,
ladina y graciosa, mi queso y mi pan.

Ha pasado tiempo desde aquella tarde,
y ya no lo recuerdo, pues mi abuela vieja
no me reconoce y si la llamo, se va.

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