31 de diciembre de 2023

MCCLVI.- No voy a rendirme nunca


 
Color, que no te aparten de mí,
que no haya espacio entre tu vida y la mía,
ni que vigilen la manera primavera
en que nacimos cada uno para sernos.

Para tenernos cada uno a su modo
se fabricaron las mañanas del mundo,
lo más rotundo no ha podido alcanzarnos
y ahora todo pertenécele al tiempo.

Clamor, que no te cierren la boca,
latido, no separen de ti
la carcajada y su talan de niebla,
en el poliedro de la felicidad.

Porque quieren separarte del amor,
siempre nos daremos la bienvenida.
Voy a luchar lo que me queda de vida
Yo no dejaré de serte jamás.

23 de diciembre de 2023

MCCLV.- La mirada roja


 

Eres demasiado golondrina,
extremadamente cápsula y trombón:
una diapasón de nube nueva
y serpentina,
una esterlina que no savestruz.

Exageradamente música, maestro
y cual experto repentinamente mucho,
la luz y el éxtasis de hipérbole cantando,
eres mi cuándo, cómo y nunca,
mi genuino calderón.

Eres multitud de abejas, trino
y lluvia, pausa, causa, vertigo y confín,
una aglomeración de nata y azucena,
y niña pena y alegría y cucharón.

19 de diciembre de 2023

MCCLIV.- Lúcuma Invencible


Silenciosa sinforosa
caprichosa mágica,  
que gobierna el timón
anaranjado de mi fe.
 
Mirada y alborada
delicada, plácida,  
canela los ojos,
canela los pies.  
 
No hallo música
que puédala arropar,  
ni una fábula
que diga lo que es.
 
Porque un día
se la lleva el mar  
y a la noche siguiente
se pega en mi piel.

MCCLIII.- Ya era, Tóstenes




¿Cómo que Paul murió
y que Tesla es Genial?
Si Cristo Resucitó,
es asunto de cada cual.

No te cambies de bando:
soy tu amigo, no tu juez.
Pero te están engañando.
El mástil es lo último que ves.

¿Como pudo volver a España
-Luchito me dijo, el sábado-
Sebastián Elcano navegando
si nunca se devolvió?

¡Cómo que la Tierra es plana!
¿De dónde crees que vienen
el chat, el uber y el GPS?
Plana será tu hermana..

11 de diciembre de 2023

MCCLII.- Paranoia Picazón Invisible


 
Me caminan tijeretas transparentes.
Las pantorrillas, me muerde las orejas
un alacrán de cola gorda entre las cejas,
que deja rojas comezones en la frente.

Si descubro merodeando a la libélula pus,
un terror desesperanza me acongoja,
porque cruel desaparece dejando su cruz
y en el poples una infecta marca roja.

¡Me pica, me rasco, me vuelve a doler!
Espalda, comarca, que es tan inalcanzable
y hago zurdas contorsiones: ¡Miserables!
Escorpiones miniaturas con ojos de alfiler.

Algún día acabaré con esa plaga acorazada
y el ungüento que ha bañado mis heridas
quedará como vestigio de pudor en la frazada
y debajo de la cama un camaleón insecticida.

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