29 de agosto de 2008

CDXVI.- Romance del Zapato Roto


Me encierro en el baño y despliego las hojas
del libro más bello que nunca leí.
Figura en la tapa una selva extraviada
en que pardos reptiles disfrutan y ven
inscrita una clave en el denso follaje,
que niega existencia al misterio mayor.

La historia transcurre en el patio olvidado
de un viejo colegio de Tarapacá.
Mocoso pecoso al que elevan los brazos
y riendo señalan su indigno rubor:
remiendos gastados, calcetas mohosas
y dos agujeros debajo del pie.

Sonó la campana y se van en tropel;
del patio al solano en que el niño quedó,
llorando en el centro de su avergonzada
carente pobreza y tibieza sin fe.
No quiere ir a clase, no tiene valor,
prefiere arrancarse y vagar sin saber.

Camina en el centro buscando una sombra,
Curioso, dolido y solito la halló.
¡Qué extraña carioca desnuda provoca
en los ojos de todos un raro fulgor!
Mulata que vende su oscuro portento
pidiendo en la calle cariño y pastel.

Pero ella se emboba con ese gorrión,
luciendo en la palma la cruz de su amor.
Le toma la mano y lo atrae hacia sí,
lo mete en el fondo de su camarín.
Rendido se duerme y soñando alcanzó
la selva extraviada cual pardo reptil.

La puta se queda mirándolo fiel,
le cubre la espalda y se acuesta con él.
No existe el colegio. No existe el burdel.
Sus sueños se cruzan: le tocan la piel.
y el niño despierta en el patio, después,
llevando en la mano una flor de papel.

CDXV- Sembrote


Por fin he conseguido que el frijol brotara,
detrás de mi repisa levanté el tapón
de rubios algodones que cubrí con agua
y vi para mi suerte que nacieron hoy.

La verde complacencia de su estigma busca
en mágico tropismo la salina calor:
pletórico almidón alimenticio de aire
y luz azucarada que le dice ven.

Yo canto al madrigal de cascarones rotos
que pían en silencio la sonata de Dios:
cachorros diminutos de canguro poroto,
follaje repentino que febril nació.

28 de agosto de 2008

CDXIV- Quiero la cabeza del Bautista



Excelente es su sinnúmero de vidas y patrones,
apremiándonos en todo y pertenece aquel impar
a la tríada de milenios que nos hace compañía
desde el año placentero hasta el ingenio original.

Cuando digo que faltaron cuatrocientas canciones,
cuando arrojo la peonza hasta que para de girar,
la marina quietud de su fragata encallada
me recuerda que florece todo tiempo un día más.

Ovillado permanece el hermanastro del Rey,
que prefiere su legado a toda erguida libertad,
por pasar la noche entera cobijado y repetir
su cara vida numerada imperturbable sin soñar.

Preexistencia de la nada que violenta nuestro fuero.
Alguien habla de nosotros en oscura negra luz.
El cobarde nos difama para echarnos de la casa
y entregarnos al mercado en oprobiosa esclavitud.

27 de agosto de 2008

CDXIII- El Condenado


A nadie le interesa
lo que el nulo siente,
que pena su gangrena
en la completa soledad.

Amigos del colegio
que descubren su miseria,
le miran de soslayo
si lo ven pasar.

Su rostro ya no tiene
vida ni destella
la luz que hasta hace poco
le llevó al altar.

El arco del futuro
se ha cubierto de gente:
quisiera ser un niño
pero no podrá.

Sopor que le ha rodeado,
todo infame indiferente
y busca en su memoria
al parvular que ya no está.

23 de agosto de 2008

CDXII.- El Hombre de los demás


Aquí camina recio y digno
el hombre de verdad,
que lleva un sentimiento
en cada pausa cuando canta.

Se encierra con nosotros:
porque el mundo lo visita,
lo llama por su nombre
y nos espera más allá.

Él siempre nos recibe
con un cántaro de greda,
y un alma que se entrega
como lluvia a oxigenar.

Yo busco tras el brillo
de sus ojos una fuerza
y un puerto donde llegue
mi navío a recalar.

Mas sólo encuentro a Cristo
y al furioso de la noche,
y al niño y su caballo
y me dan ganas de llorar.

21 de agosto de 2008

CDXI.- ¡Que se vayan todos!


Presumido perezoso que engreído reclama
que le entreguen los billetes amarillos que merece
o le guarden un espacio cada noche en la cama
y relaten en la tele todo cuanto le acontece.

Se levanta lentamente como buen ciudadano
y recoge tras la puerta su periódico a color;
desayuna sin hablar de nada y tiene en la mano
un polluelo diminuto y blando reproductor.

En la ruta no obedece nada más que a su instinto:
“¡Adelanta por la izquierda, roto, aprende a manejar!”
Que le digan lo que quieran, que le da lo mismo,
que a la vuelta de sesiones se detiene en un bar.

Y no hay modo de evitarlo porque todos lo elegimos,
porque cada cuatro años se nos vuelve a aparecer,
con su rostro pide votos y la mano en el bolsillo,
y una foto en cada calle que ha colgado su mujer.

19 de agosto de 2008

CDX.- Metafísica de los hambrientos



Yo reproduzco al tipo de ser inmemorial y basto,
al que hacía de la premonición vulgar un oficio
y ha sido llamado desde entonces el mendigo,
el aprendiz.

Cuando se unía la destreza a la sonrisa
y un ajeno rumor de música y gigantes
cubría de esculturas coloreadas las plazas,
los enjambres y el ejercicio innecesario del culto.

Hoy se ha vuelto escombro todo aquello y pesadilla:
se volvió erupción ingente y mal recuerdo.
Hoy se dice bello, y mañana se dice pesar.

Porque tuvimos al entero abismo yermo,
al fecundo prodigio de la muerte más lejana,
que consiste simplemente en la vida mundana
y se llama temor, y se queda en la cama.

Abandonados, precarios, pusilánimes y tercos:
los rotundos filosofemas esparcidos por el aire,
las últimas dos ballenas yubarta nadando,
y el dibujo de veinte círculos conocidos en el agua:
todo fallece de pronto encallado en la arena
todo se hace conchuela en medio del mundo fango
todo desaparece lentamente sin considerarnos.

Yo pertenecía a la nueva especie de forasteros,
a los marginados que no tienen derecho a la urbanidad,
confinados por siempre al esfuerzo que no rinde frutos:
fervorosos peregrinos que sostienen al hombre
y buscan manzanas mordidas
en los basureros todas las noches.

15 de agosto de 2008

CDIX.- Acaso fue porque tu nombre se me olvida


Cómica pacata de los ojos pastos,
abanico sin aliento que suplanta mal
al eterno amor alado de mi vida,
presumiendo ser un ángel esmeralda
que no ha sido más que carne sin sabor.

Tan reluciente, tan silenciosa,
tan aparentemente todo para ser de mí
la luz mejor,
mi recipiente pergolera de la cruenta pus:
mi compañera.

Y el amistajo doloroso en que vivirlo sufrió
no me detuvo porque llevo siete siglos
de siete lluvias sin estrofas ni persigno Camilo
que apagado lentamente como incienso flor,
me descuidó.

Pero prosigo:
que va conmigo la pirueta por el arte ras
y soy testigo de una fuerza invulnerable
que habita cientos de villorrios esparcidos
por otro mundo, trota mundo y soñador.

7 de agosto de 2008

CDVIII.- Incomprensiglo


Como que busco la canalla de lo fraude.
Soy el conflicto colorido incumplidor.
Alegremente vida chiste no cobarde.
Amor ficticio adelantado por temor.

Algo de todo es coherente dilocuencia.
Todo vestigio araña cápsula pasó.
Aire que agita su benévola tendencia
que si ha ocurrido, mi ahora mismo no era yo.

Soy como límite de toda mi burbuja,
que va creciendo su mirándome hacia atrás,
y me alejaba lo que amaba su pasado,
eternamente por arriba, ya me voy.

CDVII.- Verano Gratis



Detrás de toda costra
me levanto solo yo,
ungido por la sangre
pura y nueva, estupefacto.

Floral que no descuida,
en lo que vale, su perfume
de esperma, cicatriz,
hemoglobina o borbotón.

Un día contemplando
sus recíprocas pupilas,
brillaban y mentían
dos parábolas vacías.

Y ahora que se han ido
en festivales de negro
la tierra se ha cubierto
con barriales de humedad.

Que allí donde estuvimos,
¡cuanto habíamos soñado!
Su flauta era la duende
en que elevaba yo mis pies.

2 de agosto de 2008

CDVI.- Etermirecta


¿Tú crees realmente que existes?
¿Que lo que sabes de mí es sólo aquello,
precisamente aquello que fuiste?
¿Que todo siempre eternamente te compete?

Nadie quiere hablar conmigo
atentamente puro y sin hablar,
y sin embargo tú siempre me escuchas
porque eres astro del eterno embaucador.

El más genuino escuchador solemne,
aquel imán con el que todos conversan,
guardando incertidumbre y silencio
con hostias en la boca y cruz del mas allá.

Eres aquel con el que inexorablemente
volvemos prontamente a conversar,
al interior de nuestro hueso mundo propio,
pupilas hundidas buscando un pilar.

Mas no callas, de verdad. ¡Te oímos!
Pues ese Tú, sin que sepamos quien:
profunda cosa Diosa de sí misma,
eres carisma del espíritu mayor.

1 de agosto de 2008

CDV.- El arroyuelo del castor



Tampoco sé muy bien de lo que estaba hablando:
¿que vivo enamorado de cualquier mujer?
Oculto en cada sauce que se vino abajo,
yo salgo por la noche sin saber qué hacer.

La misma que gritaba, me pidió su manta.
Y al ver era tan rara, se puso a llover.
Solita se ha quedado con su intemperancia:
precisamente de eso quise hablarte ayer.

Me fui después con otra a la Estación Valencia.
Ya no se detenía el condenado tren.
El costo del progreso, me decía ella.
Y yo sólo miraba su carnal placer.

¿Que todas me creyeron inocente? ¡Nunca!
¿Que todo era de cándido rubor? Tal vez.
¿Que amar es engañar piadosamente? ¡Muero!
Se dicen, se maldicen y se vuelen a querer.

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