27 de diciembre de 2012

DCCXXVI.- Valorín



Como un aire colibrillo cantormenta,
vuelo cielo melodino en pos de ti,
por el íntimo astrolabio, velo prístino, tan sabio
que nos lleva y me subleva repentino a mi trombón.

¡Soy un Colón!

Voy a morir en soledad creyendo
que aquella tarde recalé por fin
al descubrir mi libertá en Cipango,
y volveré a la carabela de las almas
para instalar el estandarte de la Reina de las Flores,
y huir.

¡Huir en caracoles, huir!

Por eso voy en mi tortuga de rocío y silabario
en el camino paulatino de la huella de tus pies.
Me consume ese perfume de la miel músicanario
y sentiré posiblemente que el amor no tiene fin.

24 de diciembre de 2012

DCCXXV.- La Canción del Jote



Huélganos decir, mi bella dama,
que en el amor hay una gota de rocío
y va el perfume de una suave margarita
sobre la cama. Tibiecita.


Y la recojo a la una y media. ¡Yo la paso a buscar!

Puede decir que va almorzar con un cliente.
Y no se ponga casquivana. No se me haga de rogar.
¡No me abandone con la sopa caliente!

Cual en un beso su mirada y la mía,
son nuestros labios lastimándose callados.
Y es la primera vez que estoy enamorado. Lo sé,
porque ya ve que los destinos se funden.

Para encontrarnos a la hora del almuerzo,
y hablar desnudos los problemas de la pega
y descubrirle cada vez que le converso,
que muchas flores se marchitan cuando nadie las riega.


No es necesario que le cuente a su marido:
comprenderá que no me anima nada más que sólo ser
su abogado, su amigo, su amante bandido,
y le aseguro un gran orgasmo de placer.

Pero, mi amor, a mi me encanta que se ría:
sepa que yo le estoy hablando de amor.
Mis intenciones son tan puras como el agua que está fría
y le daría todo el día su pollito al velador.

22 de diciembre de 2012

DCCXXIV.- Solsticio

El mar nos acongoja
con su piélago de abismos.
Los Andes nos arrancan
el planeta de raíz.

No hay tierra ni planicies,
ni extensas mecetas.
Sólo fiordos de nieve
en el colofón de Humboldt.

Siempre hemos vivido aquí.
Nada nos separa de la noche.
Fuimos todos desde niños
habitantes del eón.

¿Que no iba a acabarse todo?
¿Que el 21 de diciembre
no era el día final?
Amigos, hermanos..

Está amaneciendo.
¡Abrid los ojos!
¡Cantan las aves!
¿Oís latir la Humanidad?

Si no sabéis aún donde
queda el precipicio;
si queréis todavía
conocer el Fin del Mundo,
salid conmigo a la calle
y mirad a vuestro alrededor..

5 de diciembre de 2012

DCCXXIII.- Rubiconfeso



Repito insensato
la esteparia letanía
de humores y vértigo.
Revivo en el dolor.

Que nadie descubra
este sordo veneno,
debajo de la nata,
ni sepa quién soy.

Yo fui. Lo reconozco.
No quiero mentir.
No quiero ser siempre
el tramposo encubierto.

No dar de mi vida
esa rara impresión
de tonta piltrafa
o desnudo sin fe.

Oh, bella crueldad
que sacude las almas
y abre los nudos 
de la desesperación.

Perfecta inocencia
dormida entre las sombras,
que muere sin saberlo,
y vive dentro de mí.

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