Dejaría de cantar imaginándote
y sería como todos los demás:
cada noche mis zapatos negros
o la luna comparada con el sol.
Ya verás que nunca fui perfecto,
que soñaba desde niño menojé:
cuando todos se parecen a la nada,
y quería simplemente mi papel.
Reprimir una mirada de contento,
simular que todo sigue tan normal,
por dejar de amar odiar al fuego,
para ser hasta la muerte tu fiscal.
Caminar encasillado a la victoria,
darle forma a la deshonra del arroz
y seguir así la vida de memoria,
sin arrugas ni vesícula biliar.
¡Y ahora piden que acelere mi muerte!
No hay posada sin piñata ni tormenta más feliz.
Yo habría dado lo que fuese por tenerte,
para siempre y como siempre, pero nunca me rendí.
y sería como todos los demás:
cada noche mis zapatos negros
o la luna comparada con el sol.
Ya verás que nunca fui perfecto,
que soñaba desde niño menojé:
cuando todos se parecen a la nada,
y quería simplemente mi papel.
Reprimir una mirada de contento,
simular que todo sigue tan normal,
por dejar de amar odiar al fuego,
para ser hasta la muerte tu fiscal.
Caminar encasillado a la victoria,
darle forma a la deshonra del arroz
y seguir así la vida de memoria,
sin arrugas ni vesícula biliar.
¡Y ahora piden que acelere mi muerte!
No hay posada sin piñata ni tormenta más feliz.
Yo habría dado lo que fuese por tenerte,
para siempre y como siempre, pero nunca me rendí.