30 de octubre de 2008

CDXXIX.- Pez tamaño de colores imposibles


Hoy de nuevo simplemente doy la vida
y el perfume de mis ojos candorosos,
la pasión exagerada de mi boca
por aquello que conservo en el papel.

Me acompaña cuanto anima lo que soy:
el extenso vial ramal de la campiña,
el almuerzo preparado por mis padres:
y el terrible poema que no quise escribir.

Ahora dejo que las nubes me seduzcan
con canciones pobladas y flores tan sucias
que llenan mi alforja de manos atadas
y cubren de luces la palabra pincel.

Pereza larvada y cansada pobreza,
delgada curtiembre de modo y silencio,
registro de cruces fundido en el cielo
y el nombre pavoroso que prefiero para mí.

28 de octubre de 2008

CDXXVIII.- Eso nos hubiese bastado


¿Y quien me está esperando entusiasta
cuando vuelvo cada sábado de Dios,
acaso un ángel animado de virutas
que estaría desde siempre sobre mí?

Cuando al cabo de los años me descubro,
cuando elevo yo mis manos, cuando digo Dayenú,
ya no quiero caminar así dormido,
ni pasearme inútilmente, porque un día volveré.

Con el ánimo rodeado de surcos sutiles
y el espíritu cansado de ser y placer,
porque vago con la pena que se adhiere
a mi frente y está a punto de nacer.

Va marchitándome las cejas cuando lloro,
y va a alegrarme la palabra de Eloí:
es lo sublime que he encontrado entre la gente,
lo más dichoso, sin apenas sonreír
.

25 de octubre de 2008

CDXXVII.- Desamparálisis


La ridícula papiche que deambula sigilosa
va llevando mis papeles en hermética misión.
Se presenta veleidosa ante la corte perezosa
que pregúntale curiosa quien la trae por aquí.

A ese estúpido burócrata, mi Rey le dio tarea.
Quiere arrimo en una carta con altiva pretensión.
"Dile al Rey que se ha negado y no le des lo que te pide,
ni respondas su misiva porque nadie lo sabrá".

¡Qué se cree este plebeyo! ¿No le basta su salario?
¿Se habrá visto atrevimiento? ¡Que se pudra en un rincón!
Pero siento sus pisadas desde el fondo del salón,
porque nunca se hace nada sin que al cabo vea la luz.

Yo cantaba cada tarde, sin saber de mi desgracia,
y la minúscula cobarde maquinaba contra mí.
¡Ahora entiendo tu silencio! Yo no sé por qué confié.
¡Retorcida estratagema! Fementida Richelieu.

Tengo flores en la palma y cien colores en la piel,
porque entrego toda el alma y no me vendo como buey.

24 de octubre de 2008

CDXXVI.- Nalca Parra


Rubia que se aguó
al fondo del latón
rugoso donde hierve
el alma la señora pan.

Cal como cubrió
su paso de rodilla
y pozo que nadaba
dentro del amor salar.

Virgo de Violeta
y mugre mi guitarra
lumbre la voy a cantar.

Mírame que voy
amando tu color
y cielo cuándo volverás.

23 de octubre de 2008

CDXXV.- Ya


Yo soy el que pone
en profunda cuestión
la turbia existencia
pasada del hombre.

El alma se yergue
en anfibia tristeza,
sumida en la química
huída de Dios.

Pecado incompleto
y pudor cotidiano,
me quema los ojos:
no quiero dormir.

Y voy nuevamente
diciendo queriendo
que siga y mi vida
no la vivan los demás.

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