26 de junio de 2006

XLVI.- Conversando con los enanitos


Carbunco callado una copa de vino,
setenta y dos años viniendo hacia mí.
Peligro y temor que escarbando en la arena,
se oculta y se ignora y se queda sin ti.

Qué noches aquellas, amante canícula.
Pobre agitando su lávala tú.
Yo bebo y persigno una baja que sea.
Yo quiero y no fétido alcance a vivir.

Destino impoluto, pitágora tul.
Quisimos unirnos y hacer de una vez
felices los niños que duermen entonces
y vámonos antes que sea varón.

Ridícula zorra dudando que me habla
por medio de toda su láguila cruz.
Al menos no he visto otra vez a esa gente
que hacía ya noches mi rostro piñén

Que larga aventura cayendo tritones
y pulgas y juergas y lento con él.
Alegres y lágrima logre calculo
que nunca seré como fui aquella ven.

20 de junio de 2006

XLV.- Abandonario


Por qué cuando de pronto me entristece casi todo,
yo junto comunico entre mis manos y sangro:
pena sin heridas, llanto que no es?

Nunca como entonces he querido amado tanto,
pidiendo que mi muerte se aleje,
rogando que la vida cambie y por qué,
maldita sea, por qué?

Alguien similar se aturdiría conmigo,
y ostentando mil infartos en el alma,
presumirá tener lo mismo, mi fe,
y nunca lo que ha sido con ella,
solazul y siendo mía, multitud.

Y qué, si yo invadido de felicidad,
separo y en silencio, mi boca,
como nunca sólo entonces plenamente odié
y grita mi alegría de tremendo loco,
deseando por mi vida ferviente
que la muerte no me olvide, y qué?

Maldita amarga sea todo viento desnudo!
Maldita suerte mía, me iré!

11 de junio de 2006

XLIV.- Maula


Dicen que la vida es tongo

que está arreglada, y cuando quiere lleva
todas nuestras cuentas anotadas,

como alguien que nos oye y nos amaga,

nos traga sin remedio y nos vigila hasta morir.

No veo mucho drama en todo eso,
salvo que ese alguien sea el Pobre Yo,
mirando siempre todo y oyendo

ese cauce añejo que criando mata,
como el viejo faraón del Congo,
en un sueño río a toda la gente.

Qué lata.


Y aunque esté igual arreglada la muerte
y otro tongo maldito nos espere después,
con su adivino que perdone
y que divino conozca
o me castigue en mi otra vida a voluntad,

igual,

en todo hermoso caso prefiero,

ser vivido que vivirte porque yo

también me voy haciendo mi otra vida,

amigo mismo, todo el rato, hasta morir.

Muriendo tuyo dentro inseparable,

acompañado Cuculí de todos:
los mismos que hace ya
bastante tiempo

nos vinimos cierto día a vivir.

10 de junio de 2006

XLIII.- Carta Abierta


Yo podía pronunciar esas palabras
nauseabundas, alejadas, primigenias:
complicadas y acertadas tan pequeñas
pinceladas amasijos relucientes, pero no.


Recién estaba aquí en el suelo solo,
en medio de la calle sueño,
pavimento peligroso y mojado,
pero mío y prohibido que existe:
no me viste,

ni azul, desconocido,
ni triste.

Yo era el ogro que hace un día
entre tus manos nunca,
el aire que no estuvo
y frecuentaba tu barriga,
la voz de la conciencia
que se oye al pasar,
en medio de la calle sueño,
tu paso me golpeaba al caminar,
pero yo seguí en el suelo solo,

peninsular, mi laberinto infinito
que induce
y conduce lentamente siempre,
pegamento que le nace y nos adhiere

a la existencia,
cada uno a cada cual.

Todo el día el uno al otro, somos
fervientes partidarios, pero yo
les pertenezco por entero a todos
azul, desconocido y triste.

Inigual.

6 de junio de 2006

XLII.- Padre Presión


Ya no puedo ni volcar de licor amor y triste,
amargura de palabras que pudriendo entró de mí.
Tengo amigo apuro tango loca puta pena,
que voy triste y vago llanto, pero sigo estando aquí.

Mi casa esta habitada por familias de otro dueño,
mas mi perro me recibe y se parece tanto a mí.
Callado y resignado, ve la lluvia mar serena.
Mi pulgar imán derecho se ha partido casi en dos.

Crece lejos amarillo el retrato de mis hijos.
Soy el perro para siempre y todo el odio de un vez.
Y se lamen allí dentro, como brazas que ya nunca,
ni agua verla que mi madre, mi arbolita niño Dios.

Queso llama que se quema, mi cariño y mi frazada,
como mulas casi muertas: no se apagan ni se ven.
Que mis ojos ya no sean, los venenos que ella arroja,
de dos tragos me marean y que muera su sabor!

Nos gusta Cuculí Pop