29 de enero de 2020

MXXXIII.- Pavo Frío




Otra vez recaí en mi Narci.
Es que no lo pude evitar.
Algo adentro que me nace
y que arrastro del hogar.

Discúlpenme que les falle,
pero debe ser la raza.
Es mi candil de la calle.
Mi oscuridad de la casa.

Yo era el Señor Darcy,
su favorito, su primor,
pero ahora soy neonazi,
machista y sin honor.

El contacto cero duró
cuatromil veinte segundos,
pero me venció el dolor,
el veneno más fecundo.

Porque somos como reyes
si nos tratan como la mona:
tira más que yunta de bueyes,
nos encantan las cabronas.

Ya me dijo el doctor Chapatín
que la viera como una fiera,
que aguantara y resistiera,
pero soy su volantín.

Me seduce su mirada,
y esa calma que me mata,
a ella no le cuesta nada:
su careta me arrebata.

Yo no sé qué droga ocupa,
que me embriaga su calor:
dice upa! y yo chalupa!
Pero sé que no es amor.

A la flor del inconsciente,
luego sigue la embriaguez
o el desprecio indiferente,
y todo comienza otra vez.

Era el amor de mi vida,
Era mi alma gemela.
Pero llevaba escondida
una cruz que no revela.

Quise ser su salvador,
pero se sentía perfecta,
que no habia nadie mejor,
ni más leal ni más recta.

Ya no soy el Señor Darcy,
ni el guerrero más audaz,
pero recaí en mi Narci.
Cruz pal cielo: nunca más .

28 de enero de 2020

MXXXII.- La pura y santa


El viento de la playa me alegra,
la noche en la ciudad no brilla,
la oveja descarriada es negra
y al clavo que sobresale lo martillan.

Partir y descubrir que he sido así,
que así me enamoré perdidamente
de cada tierna infancia que creí
amiga mía, dulce e indiferente.

No tiene buen color la vida fértil,
que luego se destiñe y percude,
porque asiente si le mienten y acude
aquél que se pródiga tan dócil.

El frío hielo parco y sanguinario,
tragar sin masticar prefiero,
por no asumir la culpa en solitario
ni ser el que se rinde primero.

Y así le ocurre a todas las personas
que juran heroísmo candoroso y honrado,
que creen ser amados y abandonan
su propio amor seguro y sagrado.

27 de enero de 2020

MXXXI.- El Guagua


Algo de pajarito en un plato,
de luciérnaga sedienta,
de puré picante con prietas
y un cartón de vino barato
dentro de un Torreón de Paredes.

Algo de música el domingo
y de pernil con ají los jueves,
algo de pereza y silencioso,
de benevolente y generoso,
algo de todo y algo de eso.

Algo me dijiste anoche
pero nada logré entender:
en los sueños se oye tan poco,
pero algo de loco, algo del placer
de Colchane, de Caspana y soroche.

Algo llevo dentro día tras día,
algo que camina, algo que crece
y me anima, me consuela y es algo
que te pertenece, cada vez que salgo
que me hace reír como reías.

5 de enero de 2020

MXXX.- Todo lo que es carabajos



Siempre me acompañan,
cuando estoy perdido
o herido en la refriega
de mi medio siglo,
llorando a media noche
sobre el tibio farol
que llena de abanicos
la palabra cansado,
y caigo re fa la do
re la mi do sol.

No sé que hay en su químico
portento sincopado,
que desde que soy algo
me llenaron de fe,
cantando bajo el techo
de la lluvia lo que valgo:
del modo en que fui hecho
son bastante culpables,
del medio tono amable
que se llama soy amor.

3 de enero de 2020

MXXIX.- Yo fui


Ahí estuve contigo de noche esperando
a que dieran el alta, detrás de tu voz
en mitad del camino, trayendo y llevando
el tesoro de tu ser, amándote callado,
mirándote dormir, velando tu sueño
y pidiendo por ti.

Ahí estuve contigo queriendo soñar
el mundo los dos, envolviendo regalos,
haciendo la cama, barriendo la pieza
y con una bandeja el domingo en la mañana,
tus manos pariendo, y mi vida resistiendo
la vesicula biliar.

La vida compañera de cada jornada,
besos sin motivo de viaje al infinito,
comprando el remedio, eligiendo tu vestido,
la niña respirando apenas en su cuna,
tu padre muriendo y el mío después,
ahí estuve contigo.

Y yendo a la marcha, esperando tu llegada,
sintiendo tus pasos, la luz apagada,
el viento desnudo, la flor en la cama,
mirando las estrellas, deseándote mudo,
los ojos cerrados, las ansias inquietas,
ahí estuve contigo.

1 de enero de 2020

MXXVIII.- Somniferótico






Resulta que vengo llegando
de un parque sembrado de nogales,
y el viento los mecía delicado,
desde un estero mágico
que nunca olvidaré.

Ahora descubro tantas cosas,
que el ruido de su encanto tapaba
o nunca quise verlas, no sé.
No hay sordo más ciego
que el mudo enamorado.

Pasarse la vida deseando
convierte los dias en noches iguales,
y es tiempo perdido lo pasado,
por un destino trágico
que nunca superé.

Perfectas palabras hermosas
hechizan el alma, y cómo me miraba,
que un día yo desnudo juré
la pasión que no le niego
por seguir a su lado.

Resulta que llevo llorando
otoños infinitos, inviernos infernales
por ese desamor acostumbrado
que suena tan lógico,
y pronto me iré.

Dormido en un campo de rosas
el hijo los sueños jamás se despertaba,
pero este verano mis ojos abriré
y al mañana le ruego
no morir abandonado.

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