22 de noviembre de 2017

DCCCXXXVII.- Siempre Feriría



Yo me iría de inmediato,
yo me iría a cualquier parte,
vencido, triunfante,
me iría, me iría.

Abandonar y destinar
el faro oculto que me habita
a la guía imprescindible
de los viejos marineros.

Conservar el ala anclada
en lo profundo de esa pena
tan desierta, tan vacía
y me iría, yo me iría.

Hay en algún lugar una habitación
que me está esperando fervorosa,
un lavaplaplatos oxidado,
una alacena donde colocar en silencio
el juego de tazas y los paños y las cucharas,
y un colchón desnudo
en una calle olvidada.

Hay que apagar la luz,
hay que tratar de dormir y despertar,
y desnudo en la mañana
cerrar de nuevo los ojos
al chorro del agua fría,
al chaleco que me pondría,
a la corbata en soledad.

¡Qué dura voluntad!
¡Qué infame sangre fría!

Pero no queda más.
Cuando clava la verdad
y la vida es casi mía,
cuando ya no queda nada,
yo me iría.


Yo me iría.

DCCCXXXVI.- Tengo miedo



No puedo evitar sentir siempre
el mismo ardor delicado en el alma,
de pensar en gorriones amarillos
que nadan luminosos dentro de mí,
de dibujar insectos que no existen,
de oír sonatas para pianos imposibles,
de reírme cada tarde irreverente
de todos los mí mismos orgullosos,
de cantar piñatas que nadie conoce
con flores que yo mismo compongo,
de vivir entre espíritus amistosos,
de ser inexorablemente extraño
para todos los demás que usan corbata.

DCCCXXXV.- Faunauseabunda del amor al prójimo



En el frondoso espacio alado
de las vistosas vicisitudes humanas,
habita una presencia de tinieblas,
un gorrión vacío,
cuyo nido es un depósito de espanto
y su canto una oración sin Dios.

Viven asesinos de flores,
sumergidos en canales de agua muerta,
donde brillan siete soles que fabrican miel
o mariposas de carbón y caricia.

Por debajo crepita la ocasión del infortunio,
sospecha la serpiente más feliz
bajo el orden triangular de las baldosas,
y en la plaza de los viejos abandonados
que arrojan cartas al olvido y a la miseria,
mueren palomas infértiles,
ríen borrachos sin hogar
y se agrieta el portal de las iglesias.

Allí donde la luz está creciendo
y dando vida cada mañana,
hay caracoles mal agradecidos y necios
que trabajan su desprecio entre las piedras.


Lúgubre resurrección.
Multitudinaria tragedia humana.
Galeones que llevan negros hacia la muerte,
con un hombre al timón que ama a sus hijos
más que a nadie en mundo.

DCCCXXXIV.- Desentendiéndote de lo que ves



Algún día te voy a agradecer
por haberme enseñado tanto,
tú con esa cara de placer
y conmigo el llanto.

Si pudiese olvidar de pronto
la rara permanencia del tiempo,
y sentir como viven los tontos,
así de lento.

Pero brotan escaleras infinitas,
que te llevan a las cosas ciertas,
y no encuentras ni una flor bonita,
porque ya están muertas.

Nadie muere definitivamente
y no me refiero al recuerdo,
sino al instante siguiente,
en el lado izquierdo.


Galaxias que succionan mundos,
música no pares de sonar,
para bailar un día juntos
al borde del mar.

21 de noviembre de 2017

DCCCXXXIII.- ΙΧΘΥΣ



Puedes ser el mejor y más piadoso peregrino,
ser generoso, ser amistoso, ser Testigo
lleno de Fe, alegre, cariñoso, divino
perdonar, y ser llamado el mejor amigo.

Tener 11 N°6, aunque seas del hampa,
colgar tu cara de empleado el mes entero:
no mentir, no robar, ni hacer trampa
y entregarle la chequera a Carabineros.

Abrir la jaula y liberar canarios atrapados,
meter un día las dos patas en la arena
y ayudar a recatar cientos de ballenas,
uno puede ayudar a cruzar a un jubilado.

Pero si no tienes el corazón del otro en el alma,
si no cuidas de verdad el corazón de los demás,
todo eso no sirve de nada, porque no te salva.
Vale exactamente nada y se llama vanidad
.


1 de noviembre de 2017

DCCCXXXII.- Cuculí Bélula



Mi dulce Angelito,
lunar de caracolas
y de mensajes escritos
en un cristal sobre las olas,
para viajar al infinito
y descubrir que hay una sola
luz de corazón bendito,
como la flor en su corola,
para la abeja y su apetito.

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