29 de septiembre de 2021

MCXXI.- Parque Pümpín


Te doy mi cuarto retiro,
mi libro amado, mi cuculí
por un último largo respiro
en el parque Pümpín.

Era un abrazo al árbol
canoso y arrugado:
humilde su estiércol
con agua en el prado.

El quinto integrante,
y la constituyente
pasaron por delante,
en medio de la gente.

No dieron ni entrevistas,
votaron simplemente,
y critican a la Lista,
por poco transparente.

Al verde, lamarillo, lazul
hay que ver quién es afín.
Su lecho, mi pecho y tú.
Salvemos al Parque Pümpín!

27 de septiembre de 2021

MCXX.- Romantiséptico

 

¿Por qué ya no se llama amor,
ni tiene el rostro delicado
que miraba sus zapatos
sin hablarme nada, amandomé?

¿Como fue que así, de pronto
entre las fiebres de la noche,
por decir acaso adiós, se fue
tan al comienzo de la vida juntos?

Tan de repente se apagó y su luz
fue consumiéndose dormida y callada
entre la esperma ingente, y un abismo
de espantosa despedida, lloré.

De su canción soñé, por una rosa
que daba pétalos amargos, tuve
una esperanza que me enceguecía,
y no lo pude disfrutar jamás.

26 de septiembre de 2021

MCXIX.- Cristales Rotos

 

Tendría que llorar por ti
y no tengo ni una lágrima,
sólo un árido recuerdo del dolor
y el escrutinio horadador
de la vergüenza.

Maquina Joseph Goebbels
con su máquina de peste
un decreto de expulsión sin fin,
hacia campos de trabajo en el este,
donde ya no molestemos a nadie,
y pagaremos nuestra culpa en el hollín
de un holocausto tatuado con horror.

Tenemos que partir por la mañana,
porque el sitio de mi hogar
ha quedado vacío,
mis redes, mi barco y mi mesana,
todo lo que tengo es mío,
pero has tirado nuestro amor
por la ventana
y me río, me río, me río, me río
me río!

25 de septiembre de 2021

MCXVIII.- Emigraña

 

Uno triunfa cada día
en tantas cosas, como
cuando logra mantener arriba
la tapa del baño con una mano
y con la otra sentir placer,
cerrar los ojos y deambular,
nadar apenas sumergido
en el plácido y preciso mar
inigualable que es nuestro
unico mundo unido, exclusivo
y proximo en el tiempo.

Pero hay que irse,
porque no tenemos libertad,
ni esperanza adonde asirse,
y se llena nuestra tierra de venecas,
y hay que irse a otro país, no cerca,
donde haya alguien que nos ayude
nos reciba y nos abra su cerca.

Gente que acaso sienta
y quiera lo mismo que yo,
que tú y que todos nosotros
y se venga.

17 de septiembre de 2021

MCXVII.- La calle De la Quinta 363

 

Aquel infame callejón de Calle Condell,
que la lleva desde el tren hasta mi casa,
que se llena de feriantes los domingos,
otra vez la ha alejado para siempre de mí.

Yo quería hacer un ambito solemne,
con la cama de dos plazas y la estufa,
seis retratos de los niños, y partir
cada tarde caminando a buscarla feliz.

Pero el siglo se ha apropiado de nosotros,
mis pupilas azules ya se han ido a volar,
como el viento que jamás nos pertenece,
como el agua que no habremos de beber.

El tiempo y la furia se barren los lunes.
Las gatas dormidas no son mi mujer.
Mi cama deshecha esta llena de camisas
y pasan los días y no la he vuelto a ver.

Podría culpar a este pueblo ferroviario
y al espeso hormiguero de gente que hay en él:
el caso es que vuelvo cansado al vecindario,
me siento en su escritorio y no entiendo por qué.

9 de septiembre de 2021

MCXVI.- Múltipli Caos


¿Por qué ese afán que tiene
pertinaz la vida
rebosante y pestilente
de sanar, perseverar?

¿Por qué no se rinde
simplemente, de una vez
y se extingue, para siempre,
me pregunto yo?

¿Por qué seguir y persistir
inflamando el cosmos
en su agonía interminable
de fractales infinitos?

Surgen gatos parecidos
que inundan los mercados
y peces diminutos
que llenan los acuarios,
y una sola gran maternidad
ingente, terca y sucia
acapara las ciudades,
los hornos y las cloacas,
la mar y los pantanos
del ingente retrete escenario del mundo.

Se está llenando el siglo de cachorros,
y hay almas peregrinas
debatiéndose calladas,
cual fantasmas iridiscentes,
que no saben hacia dónde
recalar dormidas.

Porque ya no queda
espacio en el planeta,
porque hay fraguas obcecadas
que no quieren apagarse
en esa oscura madriguera perezosa,
y no se quiere detener
y se oyen gritos,
interminables gritos deformes
de un único parto eterno
en las salas del hospital vacío,
donde hay cuatro viejas sentadas
tejiendo una bufanda verde
y el hombre fuma esperando
que siga llegando más gente.

4 de septiembre de 2021

MCXV.- En suma

 

Yo he de sentir así aterido de pronto
la remilgada aparición del alma,
un arcoiris que era blanco y era negro
y que siempre exactamente así, fue igual.

La cruda vida convertida en eso,
la indiferencia sólo cambia de nombre,
y no era nadie porque nunca nada,
porque no fui nunca suyo, porque no era tal.

Eso de ser el guaripola vacío,
el ignorado impertinente rodeado
de una montaña de nocturnas jibias
que han esperando la llegada del amor.

Amoratado amurallado muriendo,
alimentándose de amargos canijos,
crucé la calle y se marcharon mis hijos.
Me desespera el insensato dolor.

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