21 de noviembre de 2011

DCC.- Zarpedrito


Me estoy convirtiendo en la punta del oro.
No canto perfecto ni tengo patrón.
Obligo a la mística pauta, cancelo.
Que nadie me apunte: no soy domador.

No olvidaré jamás este momento
en que debo comenzar de nuevo.
Haría la mañana palabra cadabra:
la pésima segunda. Me voy a navegar.

La gata al parecer está preñada.
Un siamés logró pasar el ventanal
de la entrada con la cabeza arañada
y pasó retozando la noche hasta el final

Ese pueril capullo diminuto desapareció,
y hay en su lugar una caracola reseca,
como oreja de laucha, como coliflor.
Ahora lleva en la barriga calabazas huecas.

Tengo la carita totalmente llena
de labios poderosamente tristes.
Pero un ángel aplicando su gangrena
en mi boca cariñosa, insiste.

Yo quería dedicarme a lo que sube
hasta la dulce nimiedad sin avisar:
cometí tantos errores que no pude
simplemente se perdió en mi paladar.

Pero estoy por comenzar de nuevo.
El más hermoso canto regalar, amar:
que todo viva, y que hayan huevos.
Esta noche me hago a la mar.

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