Yo estaba allí,
marina mía,
estaba allí,
y en cada uno
de mis ocho brazos
hubo
dos mil ventosas
como besos en ti.
Mi boca suave,
mi locura perfecta:
millón de voces
adheridas a tu piel,
nadaban cientos
de medusas venenosas,
y en himno vuelo
me dejé caer.
marina mía,
estaba allí,
y en cada uno
de mis ocho brazos
hubo
dos mil ventosas
como besos en ti.
Mi boca suave,
mi locura perfecta:
millón de voces
adheridas a tu piel,
nadaban cientos
de medusas venenosas,
y en himno vuelo
me dejé caer.