29 de junio de 2008

CCCXCIII.- Lastre


Yo soy el responsable fecundo
de todo lo que existe para mí,
el arpón que atrapa fraudes por el mundo:
su iniquidad en la tormenta realidad.

Y seguía al hermanito que jugaba,
que buscaba ensimismado y se fue
como escualo solitario y marejada
de su razón entre las nubes, tiburón.

Tú, diamante, ser oculto prodigioso,
que nos fue quemando a diario, sólo tú,
tan a prisa nos alcanzas lentamente,
vida rémora fluctuante y sin nadar.

Todo quiere ser entonces una fiebre,
una alegre pero pálida función,
que remite a la retina de las causas
su imperiosa luz perpetua y veleidad.

Vida ajena que se nutre de nosotros,
de noción, de suavidad, de temporal,
porque nada es como todo finalmente,
porque todo es mi rutina y mi ficción.

27 de junio de 2008

CCCXCII.- Almizclemente



Dedico toda vida a tu fragancia pertinaz,
profundo hedor urgente que se impregna a mi potencia,
pimienta negra aliño de una intensa actividad:
para que todos te contemplen y te huelan.

Seré sin duda alguna el niño piélago mayor:
podré buscar detrás del cielo lámpara y hallar
amarillo, agasajándonos al cúmulo de soles
que de tiempo interminable son olor y voluntad.

Y sólo a ti, desmesurada y nudamente,
sólo por serme únicamente a ti,
o por sentirme nada más, habré
de convertir yo cada poro y cada fuerza en majestad:
provecho,
para que todo lo derrotes al fin,
para yacer y construir continuamente,
para marcharnos de improviso a flotar aguas,
y así nacer y renacer completos,
por dar al mundo una sencilla explicación,
un pan solemne y una gruta diferente
que nos separe eternamente, sin hablar
de nuestra culpa, del deseo y del dolor.

25 de junio de 2008

CCCXCI.- El arco de las alianzas ha penetrado en mi nido


Yo quiero ser libre
o Ser nada más:
volver a los quince
y amar por amar.

Callada aparece,
camina detrás
de cada guarida,
y en todo lugar.

Su vuelo nos mece,
y un sueño me va
quitando la vida
de tanto soñar.

Yo todos los días
vuelvo a encontrar
a la misma paloma
de la libertad.

24 de junio de 2008

CCCXC.- Fúlgido Sopor Intenso



La luz se duerme con los ojos abiertos
y habita cálido desnudo un gorrión
que fue vesícula consciente y, cierto:
ella se adueña de mi condición.

El faro espanto, puro sobrecogimiento
de vino estío generoso y pavor,
rumor y porque la agridulce timorata
ni por la noche es blanco pan de la pasión.

Yo voy haciendo de mi cuerpo nata
sumido caldo y la curiosa quietud:
yo nudo puerco molibdeno y barata
cantora flora en su tortura para mí.

CCCLXXXIX.- El estúpido farol del tiempo


Desde el fondo predomina
comatosa la ternura,
su rumor de amor angustia
es casi todo lo que vi.

¡Matemos todo!

Arrojemos por la borda este ciclo:
caro animal interminable de cuestiones,
donde el bellaco, la romana y el pastor,
y su curiosa rebelándome prosigue.

Que yo viví sentir que llueve
permanentemente:
la sencilla se apodera de Dios,
el infame busca claustros
para dar y quitar,
la tormenta se desprende
de su electro toro mar
con el temor que hay en la piel
desaparece,
y no está más.

19 de junio de 2008

CCCLXXXVIII.- Cosmos



Tórtolas que duermen.
Hongos en el pie.
Páginas rebeldes.
Fuego desde aquí.

En cosa de segundos,
prima la nostalgia:
vientos en el mundo.
Lluvia desde ayer.

Tengo cuatro cosas,
hechas de fragor,
sitas en el marco
de mi habitación.

Una es cierta muela
vieja, ya café.
Era de la escuela:
rata que no fue.

Hay un par de ojos,
verdes de verdad:
flotan en un frasco.
Son de mi papá.

Y al final, un libro.
Vuélvolo a leer:
es mi preferido.
Es mi renacer.

18 de junio de 2008

CCCLXXXVII.- Filippi



Tu sólo camino
frugal me conduce
de nuevo a la playa
en que nos conocí.

¡Qué fiera me fueras!
Nativa león:
llorante perpetua,
no mueras así.

Festiva luciente,
gaviotambor,
sombrero batiente:
caramelotrón.

Fecunda, orgullosa
pantera de mí.
Cansada, celosa:
prefiero vivir.

17 de junio de 2008

CCCLXXXVI.- Arenacer


Yo he recorrido mares por amor completamente
y he dado voces nuevas a la fiera inmensidad.
Clamores que asesinan sin tocar mi ser siquiera,
ni escapo del arrojo que es sencillamente mar.

Su fiera denuda de estrépito y cauce,
que espuma y violencia, me encuentra sin voz,
en medio de un solo planeta de arena
al que toda una cruel marejada arrojó.

La furia me rodea y sucumbe,
su costra se pega a mi sien
y el alma que tanto cuidaba,
se ha apartado de mi cuerpo: lloré.

Pero ha brillado el diamantal de su resaca
y los pulgones van hincando la raíz:
el brillo adulto que cubre de luz la salada
y me oculta su vértigo: espero salir.

16 de junio de 2008

CCCLXXXV.- Buscavancha



Pecoso que iluso
regresa a la infante
dorada estulticia
del amanecer.

Su voz se adelgaza
y le cubren la piel
lunitas de grasa
que deja el acné.

¿Y donde se ha ido
la mínima dulce
que ayer dormitaba?
¡La acaba de ver!

Su eterno verano
de sábado libre
dejó una sonrisa
veinte años después.

La playa, su inmenso
perfume y las olas
le cubre los ojos
de arena y de sal.

No hay prisa sin pausa,
ni nada en el mar.
Teclado en la mano,
la quiere besar.

13 de junio de 2008

CCCLXXXIV.- Suspiro Infinito



He descubierto al aire como el paso más genuino,
la forma numerosa del afán más primordial:
mi rol es dimensión y un ilativo a la conciencia
que toda esa experiencia cabe dentro de un ojal.

Yo aprecio francamente que te esmeres en el vuelo,
que guíes mi bandada hacia la estepa y el confín.
Su opaco espacio doble va soñando tu desvelo:
jazmín de riachuelo y animálculo feliz.

Mas nada sin embargo pertenécenos quizá,
fue nuda propiedad, fue tu pirueta por el tiempo,
complejo trozo o cuento que se mueve, pero va
inmóvil su inconexo y misterioso portento.

Propincuo amor asir cual espectáculo de gansos,
despliegue que es remanso y enseñanza universal,
oficio cariñoso con que esparce tan joviales
la prímula y el éxtasis, tu nieve al respirar.

12 de junio de 2008

CCCLXXXIII.- Cansado Devenir Seguí



Todo sigue siendo hueso, y peso al caminar,
o sumar atar alado a la precisa risa quiebra,
donde así por la mañana el esternón cansado
de su brillo diplomado, al tener éxito nací.

El temor y todo aquello que preside mis aprontes,
la mañana arena pálida y cantata resistí,
porque siempre se dejaba con un beso los pezones
su callado rizo grito, y me tocó sentidormir.

Ahora sigo yo lo espeso que detrás del aire
no termina en cada rezo más allá de la luz,
porque todo condiciona similar indispensable,
se devuelve o me disuelve en catarata libertad.

No vendrá después a ser lo mismo todo ya tarde,
pues se va el calor amor sin despedirse de mí:
no saluda nunca a nadie ni levanta la voz,
donde no haya vida dulce, si no te hallo vida a ti.

10 de junio de 2008

CCCLXXXII.- Me acaricia su metáfora latente


Ya que sumo una semana sin asirme a las palabras
y que el tráfago eficiente me ha apartado de su ají,
digo pausa y le pregunto si la fuente matutina
que agitaba mi sentido comediante, se vació.

No tenía ya motivos para abrir la furia culpa
ni sentía acalorado la ficción de su amistad,
y en lo oscuro de un venablo se apagaba discreta
vuestra duda que consiste sólo en desaparición.

Fue su agente el que llenaba mi primera persona
y en la vasta playa ancha delirando fui febril:
muda lengua de tan frágil luz aroma que a destiempo
no encontraba casi nunca su posada ni final.

Acudirán a la recámara políglota el sabor,
la persistencia y toda fábula vestigio de mí,
que ese cómputo de plazos cada día va más lento
y mi música garganta es la que ocupa su lugar.

6 de junio de 2008

CCCLXXXI.- Chubasqueroso



Mi regocijo es la primicia, los placeres
y los tambores de la tribu general,
que cuando el agua rodea, mi tarea es el hogar:
cerrar su paso y que no moje mis enseres.

Si como viene, se va su encantadora pereza,
yo me quedo en la pieza con mi bata y mi café,
y voy atento a cierta aurora tan sonora en la piel
de aquella gente que no cubre su cabeza.

Amistoso y lluvioso bulevar olvidadizo
en chaparrones que algún día volverán:
era espejo el blanco charco de su parco caminar
y todo el barro, un goterón de cobertizos.

3 de junio de 2008

CCCLXXX.- Pérdida de la memoria reciente


Yo debiese olvidarme de las cosas
y dejar de pronto aquello a lo que siempre di
la estima y la importancia que se esfuma.

Si me doy cuenta que algo nuevo un día pasa,
es justo acaso porque al fin todo pasó,
pues toca mi cuerpo una tonada en cada casa
y el tiempo infranqueable me calla la voz.

¿Y a qué curiosa cosa le llamamos presente?
A esa parte del respiro que no existe
y se consuma así el presente a cada instante,
como mirando cual su sábana persiste.

Dibujo la cara de un ángel aprisa
y olvido todo aquello que algún día fui:
catarata infinita, minúscula brisa,
alinea tus aguas en pos de mí.

Voy marcando el reseco final del camino,
arrastrando una varita de peumo:
y escribo todo para siempre y repentino,
acá en mi amado subterfugio cuaderno.

CCCLXXIX.- Acrílico Cauce Romántico



Pepita inasible, cigoto
del áspero surco ritual
que el tiempo atesora en porotos
de lóbrego alfolí coral.

Yo pico tu sorda penumbra
desnudo, que soy el narval:
retina y farola que alumbra
mi jalón de apetito voraz.

Reposa, mi sábana dueña
y quédate siempre, tú aquí.
Sé cópula máxima, sueña:
fecunda y marea de mí.

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