31 de enero de 2009

CDLXXX.- Gasa para Gaza


Una delegación médica de especialistas
del Ministerio de Salud podría
ser mandada en los próximos días
a la zona de la Franja de Gaza.

Será una numerosa delegación
que va a instalarse en la zona
para poder enviar luego un equipo
de médicos, enfermeros y matronas.

12 toneladas leche en polvo,
3 toneladas de medicamentos,
3 mil frazadas y sábanas,
33 mil pañales para niños enfermos.

Son 50 toneladas de ayuda
ofrecida por muchas personas
que ya se están coordinando
en Chile, Brasil y Colombia.

Existe un sistema de seguridad
solvente en muchas catástrofes
y en una que provoca el hombre
puede ser útil el espíritu solidario.

CDLXXIX.- Sin ir más lejos



De hecho no quisiera yo tampoco
que tuvieras demasiado sueño tú.
Acaso ser ese reloj que te despierta
para que nunca, casi nunca tengas sed.

O ser el agua de Uruapán, del Orinoco,
el aguilán de la radiante luz completa,
Y que no seas clandestina ni ojerosa:
sí la mirada de los rostros abierta.

Ni inmadura, la clausura: sí el durazno
que cayendo a tierra muerdo despiadado.
Ni delgada, la pincel, sino la inmensa,
la pletórica de uvas: la mujer.

Ni la terca, ni la merca: sí la blusa
liberal que se levanta colibrí.
Ni la ingrata; catarata sí, la extensa,
con el viento macilento frente a mí.

Poderosa flor de magia numerosa:
ti la musa reverente de la fina clima cruz,
la decente diferente sibilina,
la que espanta a los vampiros en Ancúd.

Sé la injusta caudalosa diosa inquieta,
mariposa y moza misericordiosa.
Sé la ingenua y yo seré tu más ingenuo
protector benedictino hasta el final.

28 de enero de 2009

CDLXXVIII.- Aglaya



Ella tiene su manera
tan sensata de ser,
tan floral, tan espinosa
y delicada, misteriosa:
cosa rara y verdadera
que no sabes si es
festival y cariñosa,
enamorada o veleidosa.

Pero es,
tan sólo es:
no cabe duda que no es número ni mente,
que ni una cláusula ni un nudo habrán de atarla jamás:
me he vinculado a la certeza de su frente,
y acaso no haga con su tabla canoa,
pero ella tiene la estructura para hacerme capaz

Fui inteligente y pretendiente feliz,
yo para dar una aventura que me salve.
La madriguera en que descansa mi cabeza:
la primavera de la higuera matriz.

Fue mi chiquilla fugaz,
mi amor entero sagaz,
mi camarada más amiga,
vida urgente.

La paciente compañera que, apoyada en el pilar,
su luz de nalca me ha quedado junto al alba,
de todo cuanto apenas tengo en el ingente mar:
era mi orilla, y yo quería alcanzarla.

25 de enero de 2009

CDLXXVII.- Manos Libres


Acabará esta necedad definitivamente luego
y quedará tan sólo de ella su recuerdo y el dolor
de noche tras noche y de ruego por fuego
en canciones calladas por algo de amor.

Voy a revivir mi voz de nuevo
y juro por mis hijos que otro niño voy a ser:
gorrión que no ha roto la cal de su huevo
y que quiere nacer y crecer otra vez.

La luna va conmigo desde siempre.
Un águila me observa con temor y precaución,
y voy caminando por fin sin grilletes
con ánimo alerta y gritando ¡Soy yo!

23 de enero de 2009

CDLXXVI.- Enero Veintitres


Toqué por la tarde sumido levemente
el sudor de la tierra con mis labios:
vi mis ojos en su cámara convexa
junto al mar intermitente, innecesario.

Fui la cruz de un oscuro navío varado
en cristales de lágrimadera y color:
yo miraba como casi su preciso abandonado
nos besaba, y me miró.

No presentí yo cuando ya me iba
que despedíase de mí para siempre,
que dos instantes en el mundo nos unían,
pero de pronto fuimos tan diferentes.

Y absurdo en la noche llamaré a mi puerta,
perdido un momento sin saber que hacer,
si hallar en la casa apilar su presencia
o vivir en el recuerdo de que un día la besé.

22 de enero de 2009

CDLXXV.- La Edad de la Barriga



Vivir es casi como estar de noche haciendo
contra el tiempo, y todo el tiempo, el amor,
por un extraño mecanismo de dolor que al amar
va creciendo lentamente y me adormece.

El tamaño del recuerdo no es lo único que crece
y ya no duro como el niño que hace tiempo atrás:
me ha llegado el tiempo lento de la triste panza
y el achaque que aparece como calva con la edad.

Palidece la belleza de la tierna juventud
cual promesa sin cabeza demasiado vulgar,
un tesoro ya perdido como el cielo azul
que cuando acaba ya no tiene mucho aliento.

No me valen esos viejos camaradas y amigos
que aparecen disfrazados de maduros clientes,
funcionarios y parientes, inseguros mendigos,
ni el amor primaveral que me dejó a los veinte.

Si a los cincuenta te despiertas y no duele ya na
y me juras que la vida resplandece,
es que viene
desde lejos silenciosa la pelá,
y no hay viuda ni santito que te rece.

21 de enero de 2009

CDLXXIV.- Desea en odisea lo que sea


Yo descubriría el universo libre,
subiría al escenario de la infancia,
y llevaría en la canasta fuego dulce:
frutos nuevos por calor en abundancia.

Retornaría desde el místico furor amado
y pediría tiempo, mucho tiempo, sólo tiempo
para entero deleite y biografía del planeta:
vería la meta culminar en temporal enamorado.

Abierto a primorosas cataratas superiores,
hurgaría en atrevido luminar planeo vigoroso,
todo un mitológico pulsar hecho zancudo
su dios desnudo, cariñoso y crudo poderoso.

Grato a las estrellas, digno de su faz,
vértigo perpetuo y paracelso contumaz,
sería más, mucho más, enteramente más
y me daría a la persona cotidiana en paz.

Pero estoy cansado, siento fiebre y no veo,
porque he perdido en el paseo luz del alma.
Yo miro y respiro cuando todo me parece niño feo:
abro cantando los ojos y de nuevo recupero la calma.

19 de enero de 2009

CDLXXIII.- Maldita Dichosa Embustera Falaz


Ayer salí de copas con la pulga de mi cama:
metida aquí en la ropa, me llamaba “Cuculín”.
Borracho la despierto y le ofrecí mi sangre,
mi trago y mis zapatos. Se reía de mí.

“Hagamos un acuerdo”, le decía contento:
“Enséñale a la loca que conmigo duerme
cómo es que sobrevivo con lo poco que tengo
y con las pocas migajas que me da para comer”.

Pero ella me propuso otro macabro arreglo:
“Tu corres con la sangre, sin joderte ni rascar,
dormido y te suplanto por la noche: trataré
de ver cómo explicarle tu terrible soledad”.

Conforme con el trato me dormí en seguida,
y vi que era un engaño cuando amaneció.
Anémico y confiado, me morí calato:
se fue la hija de puta con mi ropa y mi mujer.

12 de enero de 2009

CDLXXII.- Sisa de prisa de mí


Con alegres cantitos de fábula nido,
proyectos de asombro llegados a fin,
con respiraciones que no hallan sentido,
su amor languidece y se aleja de mí.

Del ominoso tibio pulso en cada abrazo,
como se llevan inefablemente
de nuestra boca sin mirar, los besos:
algo me la está quitando.

Del amistoso buen sudor, de nuestra cama,
de cuando duermo tiernamente consolado
y de mis ojos largamente, de mis rezos:
algo me la está quitando.

Algo me la quita sin querer saber
que se hace mucho más valioso a cada paso,
que de mi vida me ha privado y del placer
con que de noche la llevaba entre mis brazos.

11 de enero de 2009

CDLXXI.- Agapenumbra Ciclicarril


Al aire patrullero que acumúlase aquí dentro
la sangre hace suyo cual tesoro oxigenal,
que lleva y reparte hacia el oro del cuerpo
la vida palpita y recita cuajar.

Fue nutria y mariposa caudalosa en alimento,
de eléctrico contento para ver y pensar,
camina, difumina, peregrina y pide vientos,
tarea que marea y busca rápido lugar.

Rodeo que no veo y que gasta su pulpa
en callada molienda de fuego sutil,
merienda a hurtadillas que al cabo resulta
ser caca, vivencia, recuerdo y orín.

9 de enero de 2009

CDLXX.- Abanicosquillas



Quietas en el cielo del ocaso llamando
las gaviotas amarillas, buscan naranja.
Y en la tierra sigo yo, desértico costero,
que voy saliendo por fin de este paraje.

Voy a penetrar en el rotundo y oculto,
en el bosque más deseoso, rubio y dios:
un palomar y una gratuita vida relevancia,
que me seduzca para todos los días.

Es lamentable que haya sido sólo ahora,
pero algún día me tenía que ocurrir.
Una demora me saco de lo gracioso
y rencoroso, muy quejoso, cantando solo.

El día del ornitorrinco ha llegado por sus fueros,
infatigable en su decoración de la dicha que grita,
que es mi volcán interminable, claraboya y pindinga.
¡Siente la música, siente la música, siente la música!

8 de enero de 2009

CDLXIX.- Regio Estupendo


Estás en tu mejor semana,
de noche allí en la cama
sin amor ni fe.
No tienes ni valor ni ganas,
de dar mañana un paso:
ya no quieres ser.

Eres lo peor. Lo siento.
Cansado de un oficio
que no quiere nadie hacer
por menos de un millón ochocientos;
que rima con chacal
y funeral también.

Eres de la peor calaña.
La gente no te pasa
y los amigos ¿para qué?
Tus hijos ya no te extrañan,
ni esperan de su padre
sino plata y pastel.

Eres el profesor fracaso,
el niño del espacio
que no pudo cantar,
sumido en el horror y el asco,
ahogado en la hipoteca.
¡Que te lleve el mar!

Pero debes seguir viviendo todavía
de traje caminando,
sin saber qué fue
la luz y la aventura, tus gloriosos días:
el tiempo ya se te agota
y tu mujer se fue.

2 de enero de 2009

CDLXVIII.- Volar


Aunque no estoy enfurecido con el mundo,
soy un febril enemistajo matinal,
de cuanto apunta con el alma a las personas,
como que todo me parece mal.

La vanguardia que exploraba, una burla;
el espacio sideral, sólo coñac;
por capitales de melosa prosa simple,
donde me fuera necesario cantar.

En permanente y volitivo curso alerta,
tocar y ser habido música tocando,
el habitual que humanitario curso alienta,
mi primordial yo sin saber cómo ni cuándo.

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