25 de febrero de 2010

DCXLVIII.- Demasiado bella para serafín


Ridículo, pendiente de ella.
Querella que no tiene fin.
Afínala, que no se nota:
remota villa Hamelín.

De cuando se llevó a la rata,
a pata con el corazón.
Razona lo que no le miente:
presiente que la traicionó.

Arícaro cayendo cuervos.
Recuerdo lo que pudo ser:
nacer, a ser de contrabando,
amando a la mejor mujer.

Risueña, tan escurridiza,
hechiza de calibre diez:
la diestra me tomo la mano,
su hermano me lavó los pies.

23 de febrero de 2010

DCXLVII.- No puedo vértigo


Se juró la vida entera por un día,
y la amó durante tanto tiempo,
como un lirio festejaba su belleza,
cual antónimo de todas las palabras,
ni iracundo o repelente, ni procaz,
defendiendo su presencia en este mundo,
cariñoso y generoso con la gente,
diminuto y cabizbajo al caminar.

Reconozco que me entrego demasiado,
que no dejo alternativa a aquel intenso adiós,
y mi mágica ternura no concibe otra distancia
que conmigo, yo contigo, y sólo tú.

Pero -qué le voy a hacer- me falta
un espacio desplegado en mi remota niñez,
la completa redención que lleva al alma
a la esfera de su plácida preñez.

Por eso juro yo la vida pertinaz,
por eso amé la delicada tibieza,
y desde niño me he rendido inexorablemente
a la poética tensión de lo deforme,
al espectáculo perfecto de la luz,
y ya no puedo resignarme a tu silencio,
porque comprendo que mi voz te atrapa,
pero no queda más remedio que escapar.

16 de febrero de 2010

DCXLVI.- Desamorbo


Su sombra me ilumina y no me da calor.
El alma se me funde como un haz de iones:
el odio que se esfuerza por decir amor
es la máquina perversa de parir canciones.

Huye sin destino lo que no se detendrá
en la curva que describe carroñera la rata.
No hay otro veneno, dulce y más eficaz:
sangra caudaloso pero no me mata.

Puta mi alegría, llegarás de madrugada.
Sordamente nubla esa velada tu soroche,
suave como suave es la medusa envenenada,
en la hora más oscura de la noche.

6 de febrero de 2010

DCXLV.- Huevón Line


Yo soy de esas personas
que viven conectadas,
y nadie ya me importa,
que no me importa nada.

De niño era un carajo,
leyendo distraído,
oyendo escarabajos
o haciendo sinsentidos.

El tiempo no pasaba,
mi mundo era un abismo,
la gente no importaba,
y ahora da lo mismo.

Escribo estupideces,
converso con las manos,
me aburro de los jueces
e ignoro a mis hermanos.

Seguro algo me falla,
me dio la garrotera.
"Pedrito, anda a la playa,
y deja esa tontera".

El día va a llegar,
el gran Armagedón,
y yo en mi celular
oyendo una canción.

5 de febrero de 2010

DCXLIV.- Los Platos Rotos


Cómo quisiera despedirme para siempre
y ser por fin aquel que da ese paso.
Lo que se piensa demasiado no se siente
y deja cartas destinadas al ocaso.

Pero me cuesta tanto todo demasiado,
que no he sabido renunciar ni perecer:
por eso quiero abandonar desesperado
y nunca más mirar atrás otra vez.

Ahora me voy con el silencio a cuestas,
con un tesoro delicado en la piel,
con lo soñado caminando y solo resta
decir adiós para dejar de querer.

Porque ella toca con su mano las almas,
y mi alma llora sin poderla consolar,
que la quisiera ver unida a mi pasado
o ser amado pero ya no hay más.

4 de febrero de 2010

DCXLIII.- Tarde para nosotros


Hubo noches en que uníamos mi voz, su sueño
y la mística aventura en un fulgor común,
que se hacía de nosotros cual si fuera el dueño
del latido despiadado que era nuestra luz.

Desnudándome impaciente por llevar un solo trozo
de frugal austeridad a su misionera risa,
cual relámpago de cálido vigor parsimonioso,
se prendía de mi vértigo vapor sin prisa.

Ahora ignoro realmente si será infinito.
Por de pronto me conformo con que siga un poco más
su calor y su naufragio en el lugar que habito,
como extraño y misterioso desamor voraz.

3 de febrero de 2010

DCXLII.- La Mosquita Muerta




Yo creía que el amor es como un juego,
que bastaba con tecitos y pan duro:
las manitos llevan cuentas de los credos;
las pisadas, de miradas y te juros.

Pero todo es como lágrimas de greda,
que se han dado cresta y media contra el muro:
quien te siente más te miente, que algo queda,
y se fuma tus besitos como un puro.

Lo peor de esta comparsa es que no pueda
detenerse, porque sigue con el nudo.
No está muerta. Lo que pasa es que se pega
como un alma enamorada dando jugo.

Esta noche se bendicen las candelas,
por llenar de vida ajena y luz del mundo
a los santos, con la vela que nos quema.
¡Mi animita sigue dándose de tumbos!

2 de febrero de 2010

DCXLI.- Amanesíntoma


No hay un mecanismo comprobado
que nos permita conciliar el sueño
cuando ya luego de las cuatro y media,
no se halla nada que nos haga dormir.

Y se pretende convivir entre paredes
o destinar dinero nuevo a la crianza,
por abrochar cada proyecto con el fuego del destino
y cultivar, domesticar, pertenecer.

Si los que no saben amar son los que cantan,
los que se sientan en la iglesia, se levantan
cada domingo por la tarde de la mesa,
y van amando sin siquiera despertar.

La noche es nuestra, y la hacen los sueños.
.
Por respirar cuando no hay nada por delante
o amanacer en el invierno de la luz
y andar el día loco péndulo razante,
indiferente como viene el mar.

No se ha creado todavía la sutura,
su lacre blanco no nos deja de sangrar,
y corre vértebra de látigo maléfico siniestra,
a la palestra caminando y capilar.

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