Yo sé que me lo estan quitando,
que están agazapando
su cielo en mi interior
como un refugio.
Como una roja sombra de congoja
que se pierde muy adentro,
para no poder volver a hallar
más que tinieblas.
Y abrir heridas perlas de dolor,
y es el amor por mí
lo que quisieran ver morir,
pero no hay caso.
Yo soy abrazo a la distancia,
soy fragancia,
como una remora de químico clamor
que le acompaña.
Que a mí me baña una ternura indescriptible,
un delicado ser rugido de fragancias,
sin el rencor que les anima,
soy paciencia.
¡Soy abundancia!
Porque me habita el viento olor,
que es como prímula que sopla
en esos ríos de agua luz del sol.
Todos somos hijos y padres a la vez,
calor genuino.
Un remolino trinitario y no hay dolor.
Porque a todos nos engendra el amor.
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