MCCXXXIV.- Providente
El futuro se distingue
del instantáneo presente
y del pasado, en aquella
misteriosa rosa fascinante.
La perpetua y persistente
ruta de la eternidad.
Qué idea y, como lo inútil:
imprescindible y elegante.
Futuro sempiterno,
agujero negro
y de mal aspecto,
sin ser infierno.
Así que, en cierto modo,
siempre mañana me alegro
de haber almorzado ayer
y de ahora dejarlo pendiente.
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